Poesía Persa y otras fascinaciones.
Los Robaiyyat o cuartetos de Omar Jayyam, escritos entre los siglos XI y XII de nuestra era, son una de las cumbres indudables de la poesía universal de todos los tiempos. En el pasado siglo XIX se dieron a conocer en Occidente, y se divulgaron por todo el mundo, influyendo en poetas de todas las lenguas y ganado sin cesar adeptos. La versión de la que nos vamos a ocupar fue traducida directamente del farsi, por un gran escritor contemporáneo: Sadeq Hedayat, autor de, El Búho ciego. Por tanto con gran rigor científico, lo que les da una autenticidad única.
Pocos libros en el mundo han sido objeto de tantos elogios, rechazos, desprecios, deformaciones, calumnias, condenas, análisis, y finalmente han quedado sin desentrañar, como la colección de los Ruibayyat. Parece ser, que a Omar Jayyam se le atribuyeron falsos ruibayyat, ya que abarcaban, filosofías y creencias completamente diferentes: deísmo, naturismo, materialismo, ateísmo, sufismo, misticismo etec. Omar Jayyan era sobre todo un gran científico, matemático, y astrónomo, por lo que jamas paso por estados de confusión tal, como confundir sus creencias; por eso muchos de los rubaiyyat que se le atribuyen se han considerados falsos.
Como ya hemos dicho, Jayyan era matemático y astrónomo; pero también era apreciado por sus conocimientos de medicina, letras, jurisprudencia religiosa e histórica. En ningún libro de la época se hablaba de la poesía de Jayyam. Parece ser que los poemas no se publicaron en vida del autor y permanecieron ocultos debidos al fanatismo de las gentes de la época. Sólo algunos amigos eran conocedores de su poesía. Se publicaron después de su muerte, y a los cantos de Jayyam. Se les puso una marca de irreligiosidad y perdición.
Unos de los libros que estudia al Jayyan poeta, escrito por Naylmondin Razi, es una referencia a lo antepuesto, ya que este autor era un sufí fanático, por lo que rechazaba las creencias de Jayyam, al que consideraba materialista, ateo, y naturista. Decía:
La fe es fruto de dogmatismo; es fruto de la providencia. El materialista ateo y naturista esta privado de estos dos grados, y esta confuso, desconcertado y perdido. Uno de los sabios más reconocidos y que goza de más fama entre los ignorantes en cuanto a sabiduría filosofía e ingenio se refiere, es Omar Jaiyyan, que con asombro y perdición dice:
Al periodo en el cual llegamos y partimos, no se le ve el comienzo ni el fin se vislumbra; no hay nadie que pueda decirnos de donde procedemos ni a donde partiremos.
Si es la naturaleza obra del hacedor, ¿por qué permitió en ella excesos y defectos? Si resultara hermosa, ¿por qué destruirla? Si hay rostros poco hermosos ¿de quien es la culpa?
A través de los roibayyat, podemos evidenciar que el autor poseía una peculiar filosofía, una mentalidad y estilo concretos, y esta demostrado que estamos ante un filósofo materialista y naturista.
Alguien entre sus seguidores, quería conservar el valor de los rubayyat, y compuso una historia con el fin de que miraran a Jayyan como pidiendo perdón a Dios. Decía la historia: Jayyam según fue envejeciendo iba cambiando de pensamientos y creencias. Al principio de su vida era negligente, bebedor, incrédulo y apostata. Al final de su vida la felicidad le acompaño y encontró su camino hacia Dios. Se cuenta que una noche de luna llena, estando bebiendo, se levanto de repente y un viento muy fuerte, le cayo el jarro de vino al suelo y se rompió. Entonces Jayyam, alterado y perturbado, habría dicho a Dios. Tu me rompes el jarro de vino Oh Dios mío, tu me cierras las puertas al deleite, Dios mío, soy yo el que bebe vino y tú eres el borracho, te he llamado borracho; hazme callar, Dios mío. Dios lanza entones su ira a Jayyam y ello hace que su rostro se tiña de color negro. Entonces le dice Jayyan. Dime, ¿quien ha pecado estando en este mundo? Dime, ¡ como ha vivido aquel que no ha pecado? Hago yo el mal y tú castigas con el mal? Dime que diferencia hay entre tu y yo?
Tras lo cual Dios le perdona, el corazón de Jayyam, se ilumina y vuelve a decir. Llámame hacia ti, Dios mío. Entonces el ave de su alma sale volando de su cuerpo.
Tomando como base los propios cuartetos de Jayyam, se demuestra que sus principios fueron los mismos casi siempre; que desde la juventud a la vejez, el poeta fue seguidor de su filosofía; que sus pensamientos no sufrieron la menor inestabilidad, ni paso por su mente la idea del arrepentimiento. Por tanto es una historia falsa, aunque sus palabras si son verdaderas
Jayán fue un poeta, que desde su juventud vio la vida amarga y desagradable, y busco remedio en su dolor en el vino amargo. Ahora que me toca vivir la juventud, beberé vino porque me complace beberlo, no me lo echéis en cara, aunque es amargo es bueno, tiene que ser amargo por que amarga es la vida. En este otro robai siente el transcurso de la juventud. Llego a su fin el libro de la juventud, ay, y de la primavera, la vida fue al invierno, aquella circunstancia llamada juventud, quien sabe cuando vino y cuando se marcho.
En el siguiente robai se ve perfectamente el pesar de un filósofo materialista en los últimos momentos de su vida, ve la sombra de la muerte junto a él y quiere consolarse, pero no con cantos religiosos si no que busca consuelo en la copa de vino. Arrío la bandera de cualquier falsedad; con el pelo canoso me dirijo al vino; la copa de la vida ya llego a los setenta. ¿Si no disfruto ahora? ¿Cuándo disfrutaré? Si nos damos cuenta del leguaje y la estructura de los cuartetos son los mismos en diferentes etapas de su vida, por lo que podemos afirmar es que Jayyam fue pesimista, materialista y un gran escéptico al menos así lo demuestra en sus robaiyyat. A través de los pensamientos de Jayyam, sabemos que estaba en contra del sufismo y la religión.
En cuanto al Jayyam. Filosofo diremos que en la filosofía reflejada en los rubaiyyat cualquier persona aunque quiera permanecer impasible e indiferente, vera una parte de su pensamiento, una parte de sus desesperaciones, y se conmoverá. Cada uno de los pensamientos de J. se pueden encontrar separadamente en grandes poetas y filósofos, pero en realidad ninguno se puede comparar con él; su estilo se adelantó a la mayoría, su aspecto solemne le presenta como un gran filosofo, y poeta, igualado a Lucrecio, Epicuro, Shakespeare, y Schopenhauer. Ahora bien, para descubrir y conocer su manera de pensar solo nos basamos en sus cuartetos, ya que su vida intima y social, las personas con las que se relaciono, su manera de vivir, la filosofía que seguía y su educación científica y filosófica nos son desconocidas. A pesar de que nos ha quedado un puñado de sus obras científicas y literarias, ninguna de ellas puede guiarnos en esta investigación. Pero Jayyam. Debía de tener un pensamiento muy especial y un gusto filosófico peculiar sobre la creación y el universo. Jayyam, al contrario que los eruditos de la época no se conformaba solo con su corazón y sus sensaciones, si no que como un verdadero científico expone lo encontrado con sus observaciones y su lógica. Es obvio que si hoy en día alguien tratara de invalidar los mitos religiosos, no haría algo tan importante, pues gracias a la ciencia ya se ha ido haciendo, pero teniendo en cuenta la época y el ambiente fanático en los que vivió, su labor eleva su categoría considerablemente. Jayyan estaba hastiado de la gente de su época; condenaba su moral, sus pensamientos y sus hábitos con ironía tajante, y no aceptaba de ninguna manera lo que inculcaba aquella sociedad. En sus versos en árabe se observa claramente este rencor, y la desconfianza hacia la gente. En un libro de álgebra dice: Hemos sido testigos de que los científicos han ido desapareciendo y solo ha quedado un grupo reducido y con muchos sufrimientos. Y este contado número a lo largo de su vida, también se ha dedicado vigorosamente a investigaciones y descubrimientos científicos. Pero la mayoría de ellos vende la razón por cualquier sinrazón; no pasan del limite de hipocresía, guardan las apariencias, utilizan el conocimiento que tienen para ocultar puestos materiales, y si ven a alguien deseoso de justicia, deseoso de verdad, diligente al negar la sinrazón y la hipocresía, se burlan de el, lo desprecian y lo humillan.
De Jayyam poeta, también podemos decir, que es capaz de comunicar con cualquier espíritu a través de los diferentes tonos que usa. Su meticuloso punto de vista, la amplitud de su talento, la belleza del lenguaje, su certera lógica, la abundancia de comparaciones sencillas y sin superficialidad, le otorgan un distinguido lugar entre los más insólitos filósofos y poetas. Robaiyyat, es el plural de robai, estrofa de cuatro versos dodecasílabos, en la que riman el primero, el segundo, y el cuarto. El tercero queda libre. Un robai es la combinación métrica mas reducida en la que un poeta puede reflejar plenamente su pensamiento con todo su significado. Fueron compuestos con un lenguaje literario sencillo, natural y agradable, una melodía y unas comparaciones muy bellas, que hace que fascinen a cualquiera, y son uno de los mejores ejemplos de la poesía farsi. En poesía Jayyam, no siguió a nadie. Entre los pensadores y poetas iraníes, que hubo después, pensaron seguir su estilo, pero ninguno alcanzo la sencillez, la grandeza y la fascinación de su pensamiento, pues su tono fluido, figurativo e irónico, es únicamente suyo.
Otros poetas como, Hafez, Moulavi Rumi, o Saadi; sintieron la misma rebeldía y valentía, y fueron también desafiantes. Envolvieron con sus palabras bajo frases, comparaciones o alusiones exageradas, que se pueden interpretar y comentar de cien maneras. Cada uno de ellos merece un capitulo a parte de nuestra charla. Hafez poseía un poder mucho mayor de entonación, imaginación e inspiración poética, provenientes de su pasión. Rumi, ante todo fue un teólogo erudito, en el sutil modelo del Islam medieval, muy familiar con el Coran, los dichos tradicionales del profeta Mahoma, la ley sagrada. La filosofía y las vidas de los santos y místicos. Un variado conocimiento se refleja en la poesía de Rumi. En Rumi encontramos a uno de los grandes poetas del mundo. Sobresale como el supremo genio del misticismo islámico. Empleo 43 años de su vida en escribir el Masnavi, su obra maestra. Durante los últimos setecientos años, este libro llamado por los iraníes “El coran persa” a ocupado el lugar central del Sufismo. La poesía estuvo muy lejos de ser el centro de la vida de Rumi. Se cuenta que Rumi conoció a Shams al Din, un andrajoso y suelto derviche errante, de gran belleza; y quedo trasformado como el cobre impuro que entra en contacto con la piedra filosofal, en el mágico proceso de la alquimia. Shams fue identificado felizmente por Rumi, como la imagen perfecta del Divino Amado, y el gozoso amor que infunde y atrae hacia el, el símbolo único y anhelante, e intenta la unión mística con Dios. Vivieron una intrigante aventura amorosa durante dos años en los cuales, se retiran de la ciudad, totalmente ausentes del mundo exterior que les rodea. Esta unión desencadeno en Rumi un torrente de poesía que fluye desde el, fresco y atrevido como la copiosa nevada da origen a la fuente. Shams, es revelado en las brillantes poesías de Rumi como el resplandeciente Sol que esclusa al sol y la luna, cuya estela todas las nubes persiguen, en cuya luz, todos los átomos bailan. El es la generosa primavera que hace brotar los frutos. Estas atenciones que Rumi muestra hacia su excéntrico extranjero, provoca los celos de sus abandonados discípulos, que intrigan y obligan a Shams a que huya a Damasco. Rumi envía a buscar a su Amado que vuelve, pero las lenguas de los calumniadores pronto volvieron a dispararse, lo que provoco una mueva huida y regreso, tras el cual Shams desapareció sin dejar rastro. Se cree que los propios hijos de Rumi le asesinaron. Rumi perdió su aspiración poética, y ya no pudo volver a ser el gran predicador y maestro de las gentes de Konia. Decía ¿Cuando un pez ha conocido el mar, cómo regresará a la tierra? Rumi es conocido en occidente como el fundador de la orden de los derviches que danzan. Orden también llamada El sendero del maestro. Se dice que para simbolizar la extenuante búsqueda del Amado perdido Rumi invento la famosa danza, realizada con acompañamiento del caramillo y un tambor rítmico. En gran medida seria cierto afirmar que muchos de los poemas fueron revelados en los instantes en los que Rumi danzada y entraba en trance, por lo que no resulta extraño descubrir en su extensa obra un mundo caótico y contradictorio, a vuelta entre la alegría y la tristeza, la esperanza y el miedo, el éxtasis y la depresión mas profunda, siempre apasionado y trascendente, el mensaje de Rumi es un arroyo arrollador que te arrastra, en total abandono, hacia el infinito y eterno mar del amor.
Rumi fue no solo un poeta y un místico, y el fundador de una orden religiosa, también fue un hombre que comprendió la naturaleza del hombre.
Pienso que los poetas persas, fueron esos sabios que nos dio Oriente, absolutamente desconocidos para la inmensa mayoría de Occidente. Sabios que dejaron su filosofía y pensamiento a la humanidad. Místicos, poetas o filósofos fue como les denominaron en su época, pero esta claro que fueron hombre que lucharon por hacer prevalecer sus creencias en favor de la libertad y la honestidad de ser auténticos.
Y ahora leamos sus pensamiento
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Alguien que ha vivido muchos años en una ciudad, apenas se va a dormir contempla otra, donde habitan el bien y el mal, y su propia ciudad se evapora de su mente.
“No se dice a sí mismo: Es una nueva ciudad, soy un extranjero aquí” No, cree que siempre ha vivido en ella, y que nació y creció ahí. ¿De que maravillarse entonces si el alma no recuerda su original morada, por hallarse envuelta en el sueño general del mundo, como una estrella cubierta de nubes? Esto, particularmente, si se tiene en cuenta que ha deambulado ella por tantas ciudades, y el polvo que oscurece su visión no se ha ido aun.
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Esta lámpara de barro, ese fanla son diferentes pero la luz que arrojan es la misma: hablo de una luz que llega del Mas allá.
Si te pones a mirar la lampara estarás perdido porque te habrás enfrentado así con él número de la pluralidad.
Fija tu mirada en la luz y te liberaras del dualismo que es inherente a lo finito. Oh, tú que invariablemente eres el centro de toda existencia, seria bueno que entendieras mediante este ejemplo que el desacuerdo entre los musulmanes, zoroastrianos, y judíos, esta solamente en la punto de vista.
Cierta vez, unos hindúes trajeron a un elefante que exhibieron en una barraca oscura. Querían verlo, y varias personas penetraron una por una en la oscuridad.
Verlo con los ojos resulto imposible y cada uno decidió tocarlo con la palma de la mano. Una de ellas cayó sobre la trompa y el dueño de la mano dijo: Este animal es como un caño de agua.
Otro le toco la oreja: Esta extraña criatura le pareció un ventilador o un abanico.
El que le palpo la pata, sostenía que el elefante tenia forma de columna.
Alguien puso la mano sobre el lomo y declaro “ Verdaderamente este elefante es parecido a un trono"
Y de igual manera, toda vez que escucho alguien una descripción ajena no por ello dejaba de atenerse a lo que el mismo había tocado. Segunda la zona con la que habían experimentado, las afirmaciones diferían. Un hombre lo llamaba Dal, otro Alef. Si cada uno de ellos hubiera encendido una candela no hubiera habido diferencia es sus palabras. O sea que la percepción del ojo es como la palma de la mano. No estaba la mano en condición de abarcar la Totalidad.
…………
El mal absoluto no existe en el mundo, reconoce que es relativo. Nada existe en las regiones del tiempo que no pueda significar “pie” para uno y “pluma” para otro.
El veneno de la serpiente es vida para la serpiente, aunque signifique muerte para el hombre. El mar es un jardín para las criaturas del mar, aunque pueda constituir una amenaza para las criaturas terrestres. Said, aunque es siempre el mismo, podrá ser diablo para algunos y un ángel para otros. Y si deseas que te muestre amable, míralo con ojo amante.
Nunca contemples la belleza con un solo ojo: considera lo visto con mirada de buscador. Pídele prestada Su mirada, mira con Sus ojos.
Dijo Dios: “Aquel que me pertenece le pertenece, y seré su mano y su ojo y su corazón”
Cada cosa detestable puede convertirse en lo contrario si te está conduciendo al mismo tiempo hacia tu amado.
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A cada instante estas muriendo y retornado. “Este mundo no es otra cosa que un momento”, dijo el Profeta. Nuestro pensamiento es una flecha lanzada por él. ¿Cómo podría quedarse en el aire? ¡Vuela de vuelta a Dios!
El mundo esta siendo a cada instante renovado y no somos conscientes de su perpetuo cambio. La vida fluye renovada cada vez, aunque su forma aparente una continuidad. Debido a su rapidez aparece continua, como la chispa que haces girar con la mano.
Tiempo y duración son fenómenos producidos por la rapidez de la Divina Acción, de igual modo que un madero ardiente que guiara adopta la apariencia de una vasta línea de fuego.
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Este dolor del corazón pone al desnudo la pasión de los amantes. Ninguna enfermedad puede ser comparada con la del corazón. Amor es dolencia aparte, el signo y el astrolabio de los misterios de Dios. Y ya sea moldeado en el cielo o en la tierra, nos conduce finalmente siempre allá. La razón, explicando el amor no podrá sino debatirse inútilmente como un burro en un pantano. ¡El amor se muestra por sí sólo! ¿O acaso no es el Sol el que al Sol proclama? Míralo, toda la prueba que busca esta allí.
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Él león llamó a la liebre, y corrieron juntos hasta un pozo y miraron adentro. Vio el león su propia imagen en el agua, era una forma de león con una liebre rolliza al lado. Apenas puso espiar al enemigo abandonó a la liebre y se arrojó al pozo. Cayó en la trampa y casi se rompe la cabeza.
El mal que ves en otros es solo tu condición reflejada en ellos. En ellos aparece todo cuanto tú eres, tu hipocresía y tu insolencia. No puedes ver el mal en ti por tus medios, de lo contrario te odiarais. Del mismo modo que el león ante su imagen en el agua, consigues herirte a ti mismo. Cuando llegues a ese fondo como aljibe de ti mismo reconocerá la debilidad en ti.
……………
Decían los chinos que ellos eran los mejores artistas, y los bizantinos decían el mismo. Decían: “a nosotros nos fue otorgado el don de la perfección.”
Discutían mucho a ese respecto y decidió el sultán probar a ambos. Solicitaron los chinos una sala del palacio y esta les fue concedida inmediatamente. Otra sala situada enfrente les fue designada a los bizantinos.
Cien colores solicitaron del sultán los chinos y este les abrió el tesoro para que pudieran obtener lo que deseaban. Y cada mañana, gracias a su liberalidad los colores eran retirados del tesoro real para el equipo de artistas chinos.
Los Bizantinos habían anunciado: “Ningún color conviene a nuestro trabajo, eliminaremos solamente un poco de oxido.” Y cerrando las puertas de su sala se pusieron a pulir sus muros, que quedaron claros como un cielo.
Existe alguna diferencia entre lo abigarrado y lo carente de color. El color es como las nubes, su ausencia es como la luna. Cualquier luz o resplandor que observes en las nubes proviene siempre de las estrellas, de la luna o del sol.
Cuando lo chinos terminaron su trabajo tocaron el tambor: estaban satisfechos y contentos. Más aun, habiendo entrado el sultán a contemplar la obra, ante la cual quedó encantado.
Pasó a la sala de los Bizantinos, al fondo de la cual había ahora una cortina. La hicieron deslizar hacia un costado, y cayó instantáneamente sobre esos muros pulidos de belleza: era el reflejo de las pinturas chinas. Pero todo cuanto el sultán había visto apareció aquí más espléndido, y como purificado.
Los bizantinos son los sufis verdaderos: gentes sin estudios, sin libros, sin erudición. Purificaron sus pechos y los liberaron del deseo, la avidez, la avaricia, y el odio. Como esa pureza del espejo es la calidad del corazón que recibe inefables imágenes. De ahí que conservara Muises en sí mismo la infinita forma de lo no visible. No importa si son formas no contenidas en el cielo, o en la bóveda de las estrellas, o en el globo que reposa sobre el pez.
Las cosas son limitadas o nombrabais, el corazón no tiene límites. El entendimiento es algo silencioso y que no incluye a error porque se halla junto a Dios, o es Dios. El reflejo de cada imagen reaparece eternamente aquí, sea en la pluralidad o fuera de ella. Soltaron esos pulidos corazones la dura costra del conocimiento, y escaparon al perfume y el color, y contemplan la belleza a cada instante con absoluta certeza.