• Los estadounidenses sustituyen las flores por los huertos en sus casas
- Manos a la obra La primera dama, Michelle Obama, cava la tierra de su jardín de la Casa Blanca.
JOAN CAÑETE BAYLE
WASHINGTON
Durante la segunda guerra mundial, cuando la primera dama Eleanor Roosevelt dio ejemplo y construyó uno en el jardín de la Casa Blanca, los llamaron jardines de la victoria. Su función era cultivar a pequeña escala en tiempos difíciles. Pero también tenían como objetivo elevar la moral del país, embarcarlo en una empresa conjunta. Hoy, cuando otra primera dama, Michelle Obama, ha seguido el ejemplo de Eleanor y ha vuelto a construir un huerto en la Casa Blanca, se les llama jardines de la recesión (nombre prestado de la gran depresión). Y se han convertido en un boom en EEUU al combinar un ahorro en la cesta de la compra y una dieta equilibrada.WASHINGTON
Según una reciente encuesta de la Asociación Nacional de Jardinería, este año se espera que 43 millones de hogares estadounidenses (grandes ciudades, como Nueva York, abstenerse por motivos de espacio) plantarán sus propios huertos, un aumento de un 19% respecto las cifras del pasado año. El mismo sondeo indica que un 54% de los preguntados han decidido plantar un huerto por razones económicas, y que un 20% serán nuevos en este negocio de la agricultura de autosuficiencia. El estilo de vida mayoritario de la clase media estadounidense (casas unifamiliares dotadas de un jardín en los suburbios de las grandes ciudades) permite este tipo de proyectos.
Estas cifras hacen que la recesión le siente bien a la industria de las semillas. "Llevo en este negocio 30 años y no había visto nada igual", dijo a la CNN George Ball, consejero delegado de W. Atlee Burpee & Co, líder del sector. La empresa ha experimentado esta primavera un aumento de entre un 25% y un 30% en sus ventas respecto al 2008. Fedco, una empresa de la competencia, habla de un aumento en las ventas de un 28%. Una de las novedades de este año de Burpee es un paquete de semillas (tomate, judías, berenjena, zanahoria, lechuga y algarrobas) bautizado como Jardín Económico, que cuesta 10 dólares (7,5 euros).
Beneficios
En la publicidad de Burpee afirman que, por esta inversión, el resultado es una cosecha que equivale a casi 500 euros. Según un estudio de la empresa a partir del huerto de la Casa Blanca (150 euros para espinacas, guisantes, algarrobas, hinojos, tomates y calabacines), esa inversión supone un ahorro anual de casi 4.000 euros en la cesta de la compra de los Obama. La Asociación Nacional de Jardinería considera exagerada esa cifra, y habla de un ratio de 450 euros de producción por 50 euros invertidos. Siempre y cuando se sepa cómo plantar un huerto.
Porque ese es el problema; el motivo por el cual al rebufo de la tendencia ha surgido en internet una retahíla de blogs y webs que se mofan de los nuevos y bienintencionados granjeros, como si fueran una versión agrícola y posmoderna del cuento de la lechera. Según los consejos que abundan en la red, en primer lugar hay que averiguar la composición de la tierra en la que se quiere plantar, lo que puede costar unos 12 euros.
A partir de aquí, hay que comprar las semillas, los fertilizantes, las herramientas para arar la tierra y tener en cuenta, a la hora de valorar la rentabilidad de la inversión, el agua y el tiempo que serán necesarios. Para reducir costes, en varias localidades se impulsan huertos comunitarios para barrios enteros. Los productos más recomendados son patatas, cebollas, tomates, berenjenas, repollos, lechuga y judías. Los pepinos, el melón o la sandía, al parecer, son muy agradecidos pero algo complicados de cultivar. Varios blogs alertan de que los primeros intentos pueden ser frustrantes, pero que el trabajo merece la pena tanto desde el punto de vista económico como para introducir en la dieta productos frescos y verdes que no hayan pasado por un proceso industrial.
Aunque solo sea por eso, te ganarás el pepino, digo el pan, con el sudor de tu frente.
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