En
el sitio de la Galería Punto en Facebook nos hemos encontrado con
esta desagradable noticia: Amparo Zaragozá Riera, fundadora de
GALERIA PUNTO, nos ha dejado esta noche mientras dormía. Su familia
y amigos la despediremos el lunes 26 en la parroquia de San Agustín
a las 12 (velatorio a las 11.30) y se la enterrará a continuación
en el cementerio de Silla. Descanse en Paz.
A
decir verdad, antes de leer esto yo ya lo sabía, porque me lo había
dicho Rafa Marí, y mandado mi pésame a Nacho y Amparo Agrait, los
hijos de Amparo.
Ha
sido un golpe muy fuerte para mí, puesto que cada vez que iba a la
Galería Punto y la encontraba allí y charlaba un rato con ella me
quedaba con la impresión de que era una mujer muy fuerte, que sabía
defender sus derechos, pero sobre todo que daba mucho valor a la
palabra dada. Le gustaba además que sus amistades también la
cumplieran.
Irradiaba
alegría y vitalidad. Era fácil provocar su sonrisa, que además era
contagiosa. Como le he leído a Nacho Agrait, era una mujer que supo
hacerse un sitio en un mundo de hombres.
Su
marido, Miguel Agrait Colomer, junto con el que había fundado la
Galería Punto, nos dejó antes. Concretamente, en marzo de 2010.
Los dos recibieron la medalla de la Villa de París, otorgado por el
ayuntamiento de esta ciudad, en 2006. Aproximadamente un año después
de la muerte de su marido, Amparo tuvo que sufrir la de su hijo
Miguel.
Esta
es una familia que, como contó Rafa Marí en Las Provincias, siempre
ha preferido estar en segundo plano, para que todo el protagonismo
recaiga en la Galería. Presta más atención a la calidad de las
exposiciones que al negocio que pueda hacer con ellas. Decidida una
exposición, no se lamenta si luego no resulta del interés de los
coleccionistas. Tampoco las épocas de crisis que han tenido que
atravesar les han desviado de su camino.
El
arte contemporáneo de Valencia ha perdido a uno de sus más
significados referentes.
En
la foto estoy con Amparo Zaragozá y Ouka Leele, que llegó para inaugurar su exposición.