Hay
una campaña de la Hermandad de Donantes de Sangre en la que el lema
es “Detrás de cada donante es un héroe”. He dado sangre cien
veces y no he visto heroísmo en ninguna de las donaciones. Ni
detrás, ni delante. No sé por qué motivo la palabra altruista no
está bien considerada. Lo que hace falta para dar sangre es tiempo.
El
altruismo se da en las personas que han alcanzado la madurez y que
procuran no hacer daño a nadie y favorecer a quienes puedan,
sabiendo que la mayor parte de las veces no se les va a agradecer.
Hay quien dice 'me han tenido que poner tres bolsas de sangre', y lo
dice como si la sangre hubiera caído del cielo. Tengo escrito que el
agradecimiento es propio de los espíritus selectos.
Lo
del villano es otra cosa. Don Quijote lo dice así: “bien se
parece, Sancho, que eres villano y de aquellos que dicen: «¡Viva
quien vence!». Para Goethe es un ignorante en la oscuridad que sólo
vive al día.
Un
villano es alguien que hace villanías, claro, y las hace porque no
tiene un código de valores; las hace o deja de hacerlas en función
del qué dirán. Cuando calcula que sus actos van a quedar impunes
los lleva a cabo, porque le gusta perjudicar al prójimo. A un
villano no le importa su opinión de sí mismo, porque no la tiene.
Le condiciona la opinión de los demás y a tal efecto procura
crearse un cartel, o personaje, con el que actúa en los círculos
que le interesa.
El
héroe es otra cosa. Nadie lo es por decisión propia. No sale uno de
casa y dice: Voy a hacer un acto heroico. Es alguien que se encuentra
ante una situación inesperada y decide responder adecuadamente, para
lo cual necesita grandes dosis de valor. No todos son capaces, por
eso a quienes sí lo son se les llama héroes.