Ayer,
27 de abril, tuvo lugar la presentación en la sala Museo 2 de la
Feria del Libro de Valencia. Asistieron al acto menos personas de las
que se esperaba, aunque no obstante cabe calificar como buena la
concurrencia.
Inició
el acto la editora, Julia De la Rúa, y lo hizo dando a conocer un
dato preocupante: han bajado mucho las ventas en el Mercado Central.
Y otra noticia vino a corroborar de algún modo la primera: la tienda
en la que se tomó la foto de la cubierta del libro ha bajado la
persiana.
Rafa
Correcher, como era de esperar en él, estuvo brillante y sacó a
relucir otra de sus facetas, como es la de su gran generosidad. Tener
amigos como él es un lujo.
En
lo que a mí respecta, temía que se me olvidara más de la mitad del
discurso que tenía pensado y no se me olvidó tanto, quizá porque
me sentí muy bien acompañado por los dos compañeros de mesa y por
el público, al que agradezco su asistencia.
El
libro, como apuntaron Julia De la Rúa y Rafa Correcher, es sencillo
y muy variado. Contiene cincuenta artículos diferentes, sin que haya
relación de unos con otros. El título está tomado de uno de ellos.
Fue Julia De la Rúa quien lo eligió, porque su carácter rebelde le
hizo ver de inmediato que comprar en el Mercado Central es un acto de
rebeldía.
Figuran
en el índice algunos asuntos tan polémicos como el de los niños
robados o la custodia compartida; otros artículos dan fe del tipo de
humor valenciano, en el que predomina la sal gorda; se da cuenta de
la heroicidad de algunas personas anónimas; también hay apuntes
literarios, en los que se cita algunos autores valencianos; también
hay algo sobre El Lazarillo de Tormes y la picaresca, en este caso de
la mano de una gran entendida, como es Rosa Navarro Durán; hay
anécdotas varias, notas artísticas, un guiri en Sevilla, un caballo
que escribe en Madrid, un argentino-español emparentado con el Che
Guevara, tres valencianas que han triunfado, y algunas cosas más.