A las 19’30 horas del día de ayer, en
la librería Gaia de Valencia, dio comienzo la presentación de
‘Aceptar el destino’. Durante el acto se trataron aspectos como
la foto de la portada y el motivo por el que no figura el título del
libro en ella, puesto que solo aparece en el lomo, y también mereció
atención la dedicatoria.
El
primero en tomar la palabra fue Juan Luis Bedins, al que siguió Ana
Noguera, para que, como es habitual, cerrara las intervenciones, con
un texto breve, el autor, que soy yo.
Ambos
presentadores, cuya generosidad en el tratamiento del libro
agradezco, hicieron hincapié en la absoluta sinceridad con que está
escrito el texto que comentaban, a la que en algún momento
añadieron el calificativo de ingenua, pero en tono admirativo, dado
que se trata de una ingenuidad cultivada y deseada, no inconsciente.
El
caso es que ellos también, en sus disertaciones, desnudaron
sus almas. No solo se
desenvolvieron con la maestría que tienen acreditada en el arte de
presentar libros, con el meticuloso estudio de la obra, con su
habilidad para descubrir todos los aspectos que contiene, sino
que además dejaron ver las emociones que les suscitaban los asuntos
tratados. Hubo mucha pasión en
sus intervenciones y, la prueba de la sinceridad con que se
comportaron es que no se contuvieron a la hora de demostrar su
disconformidad en algunos de los aspectos, porque
indudablemente toda obra que contiene pensamientos y reflexiones es
necesariamente polémica. Pero al
final creo que esas discrepancias eran más de matiz que de fondo.
Los
asistentes también sintieron interés por los asuntos tratados y
enseguida comenzó un intercambio muy vivo de opiniones entre todos.
Cabe
añadir que la hora de cierre de la librería está establecida en
las 20’30, pero en este caso se prolongó hasta las 21’30,
momento en que nos dimos cuenta
del detalle y decidimos continuar el debate en una cafetería
cercana.