No descubro nada nuevo al recordar que cada dia que pasa nuestro planeta esta mas sucio y contaminado.
Ya no se trata de cantos de sirena de ecologistas románticos sino de hechos palpables; la capa protectora de ozono de nuestro planeta se resquebraja, el peligro de cáncer de piel es alarmante, ya sufrimos el calentamiento global y la deforestación, mueren miles de animales ahogados con las bolsas de plástico que nos dan en los supermercados... y hasta los expedicionarios del Everest se quejan de que la montaña esta llena de basura.
Suena feo decirlo pero es evidente: "Donde llega el hombre llega la porquería".
A veces a uno le parece que reciclar vidrio, envases, papel o material orgánico no es suficiente. Y no, no es suficiente por que el castigo al que sometemos a nuestro planeta todos los días, millones de personas, nos da poco tiempo. Las alarmas mas catastrofistas se quedan cortas. Hace pocos días un conocido Premio Nobel no nos daba mas de 100 años.
Los máximos mandatarios mundiales lo saben y a pesar de eso y de reunirse para buscar soluciones pasa el tiempo y no adquieren compromisos. No quieren o no saben frenar este sistema que nos lleva a la autodestrucción. Los intereses son muchos y los interesados muy influyentes.
Y pronto van a aprovechar la crisis del petróleo para convencernos que las centrales nucleares no son tan peligrosas y que mas vale eso que tener que apagar nuestros electrodomésticos.
Y no, no podemos caer en la trampa. La energía alternativa es posible y ademas de eso esta demostrada y esta preparada para cuando les interese a las multinacionales y a los gobiernos; cuando esas nuevas fuentes de energía tambien rindan económicamente y sean una fuente de impuestos.
Efectivamente podemos hacer poca cosa contra todo esto, pero si podemos tomar conciencia y actuar en la medida de nuestras posibilidades.
Ademas de reciclar y de hacer pedagogía sobre el reciclaje debemos intentar evadirnos de la manipulación del entorno; comprar solo lo necesario y en la medida de lo posible los productos de nuestro entorno y de cada época.
No nos podemos permitir tirar lo que nos sobra pero de lo que otros carecen: ropa, medicinas o utensilios. Hay que hacerlos llegar a las entidades que los entregan a las personas necesitadas.
Consumir menos luz, menos energía, menos papel... ir andando o en trasporte público.
Cosas que no hace falta enumerar por que son de sentido común.
Con esos hábitos ademas de cuidarnos a nosotros mismos contribuimos a no ser participes del fin agónico de nuestro planeta y quizás, siendo un poco optimistas, si muchos las emprendemos presionemos a los gobiernos a que de una vez por todas pongan freno a nuestra autodestrucción.
Joan
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