sábado, 4 de octubre de 2008

La eternidad de la vida


Me doy cuenta de que en mi vida hay una realidad perfecta: Yo Soy.

Mi vida es un cúmulo de realidades y percepciones. Algunas son intensas, otras son tenues, otras relativas y sólo una es absoluta: Yo Soy. De hecho, ésto es lo único que puedo afirmar como real sin temor a equivocarme o ser engañado por algún tipo de percepción errónea. Yo Soy es perfecto: no cabe pensar en que Yo Soy ``un poco´´ o ``mucho´´; Yo Soy es atemporal y es anterior a cualquier calificativo que pueda aplicarme.

Observo que todo a mi alrededor es un continuo suceder de procesos distintos; unos son rápidos y otros son casi estáticos. La experiencia me lleva a pensar que esa continuidad es omnipresente y la acepto como un principio básico de la realidad.


¿Existe la muerte?

Si existiera la muerte, esto implicaría la desaparición del Yo Soy ---que sería la mayor violación posible del principo sagrado de continuidad pues en algún instante Yo Soy desaparecería de repente precisamente por su carácter absoluto.


¿He nacido?

Por la misma razón, no puedo aceptar la existencia del nacimiento como punto de partida de mi existencia. Por tanto, Yo Soy anterior al bebé que fue engendrado.


Yo Soy la vida y la vida es eterna en mí.


2 comentarios:

LIBRERÍA LA TELARAÑA dijo...

Recordé un momento de mi existencia, leyendo tus palabras

Soy...


¿Soy mujer, o soy agua?
Agua pura y cristalina que corre altiva
Sin mirar, sin pensar el por qué de su caudal.
¿Soy humana, o soy alma sin forma, sin embagues, sin misterios?
¿Soy pétrea cual piedra
o transparente, sin tacha?
¿Soy retorno o principio
pájaro o viento?
¿Música de violines
o tambores doloridos?
¿Flor o hierba
montaña o valle
cielo o tierra?
DUDANDO
Descubro la paz insólita de ser tanto
Que asisto quieta al misterio de Serme
Una sensación que me lleva ser...
Nada

Anónimo dijo...

Ortega decía "yo soy yo y mis circunstancias". Creo que tiene bastante razón, y que somos poca cosa cuando somos considerados al margen de nuestra relación con los demás