sábado, 29 de noviembre de 2008

El enfoque



«Catarsis», acuarela de Julia de la Rúa


El estado de conciencia, determina la frecuencia con que sintonizamos nuestro cerebro y nuestra mente, que están permanentemente conectados.
         Somos pura energía. Y la materia también lo es. Si nos «sintonizamos» con las energías positivas, recibiremos inspiraciones elevadas. Las inspiraciones que recibimos están en relación con la «emisora» a la que nos conectamos.

Esta época de avances técnicos tan beneficiosos y útiles nos ha hecho creer que el conocimiento espiritual es superstición vacía, cuando es el conocimiento con mayúsculas.

En esta entrada hay unas ilustraciones que tienen que ver con ésto. Se trata de unos dibujos realizados por un señor con un bolígrafo o rotulador sin levantar la mano del papel y de una sola vez, es decir, un único trazo. En ellas podemos apreciar, como si de un fractal se tratara, multitud de semblantes. Pincha con el ratón sobre ellas para verlas con más detalle.
         Decenas de ilustraciones como ésta han salido de su mano. Él «se dejaba llevar». La imagen lo dice todo a cerca del lugar con que «conectaba». Vivimos y experimentamos aquello a lo que nos conectamos. El amor sincero e incondicional, la paz profunda y la sabiduría se manifiestan mejor y más frecuentemente cuanto mayor es la elevación espiritual. Estos tres ingredientes tienen que ir de la mano. Cualquier otra cosa es un desequilibrio.





Cada persona está continuamente conectada, sintonizada a multitud de fuentes: a su personalidad, a otras personalidades, al entorno que lo rodea y al Ser profundo que es realmente, el Ser antes de ser calificado con cualquier tipo de adjetivo y percepción.
         Todos somos sensibles pero vivimos en un entorno tremendamente ignorante y creemos que todo lo que «bulle» en nuestra mente es simplemente producto de nuestros pensamientos. Sin embargo, con un poco de disciplina y entrenamiento correcto, es posible empezar a distinguir y a darse cuenta de que hay muchos elementos externos que continua y constantemente nos «irradian» y que no sólo es nuestro «Yo» el que habla. De hecho, nuestro «Yo» más profundo permanece en nuestro interior esperando pacientemente a ser escuchado y distinguido de entre tanta multitud. En el camino hacia el Tesoro, que es estar anclado en el Ser, la paz y el silencio interno y discernidor es el primer gran logro. Tras este paso, viene una percepción distinta de la misma realidad que siempre ha estado presente.

Tras subir el primer peldaño, se descubre otro nuevo que forma parte de la gran escalera. Una escalera ilimitada cuya ascensión resulta una experiencia fascinante en la que la plenitud va en aumento y no termina de crecer; en esencia, es descubrir el Ser que somos realmente, lo cual nos conduce a nuevas y enriquecedoras maneras de expresión y experiencia.

Acabo esta entrada con unos libros muy interesantes y unas imágenes adicionales. Mi agradecimiento a Julia de la Rúa por cederme para esta entrada la imagen de una acuarela suya: "Catarsis".


El poder del ahora. Una guía para la iluminación espiritual
Eckhart Tolle

El método Silva de Control Mental
José Silva

Curación por el pensamiento - Healing by thinking
Ángel Escudero
Libro disponible para descargar gratuitamente desde su página web [enlace].





5 comentarios:

Sol O'Connor dijo...

Ay Energía, tan mal entendida por algunos, tan mal usada por tantos, tan vapuleada por otros, pero innegable para muchos. Felizmente mensurable y tan necesaria como el agua para vivir, para amar, para simplemente... Ser.

Bello artículo, gracias.
Marisol

SolAR dijo...

" -Nada ha cambiado -dijo-. No se advierte el más insignificante progreso. El rosal sigue con sus rosas, y eso es todo lo que hace. Pasó el verano y vino el otoño, y el rosal continuó dando capullos y rosas hasta que llegó la nieve. El tiempo se hizo húmedo y hosco. El rosal se inclinó hacia la tierra; el caracol se escondió bajo el suelo. Luego comenzó una nueva estación, y las rosas salieron al aire y el caracol hizo lo mismo.
-Ahora ya eres un rosal viejo -dijo el caracol-. Pronto tendrás que ir pensando en morirte. Ya has dado al mundo cuanto tenías dentro de ti. Si era o no de mucho valor, es cosa que no he tenido tiempo de pensar con calma. Pero está claro que no has hecho nada por tu desarrollo interno, pues en ese caso tendrías frutos muy distintos que ofrecernos. ¿Qué dices a esto? Pronto no serás más que un palo seco... ¿Te das cuenta de lo que quiero decirte?
-Me asustas -dijo el rosal-. Nunca he pensado en ello.
-Claro, nunca te has molestado en pensar en nada. ¿Te preguntaste alguna vez por qué florecías y cómo florecías, por qué lo hacías de esa manera y de no de otra?
-No -contestó el caracol-. Florecía de puro contento, porque no podía evitarlo. ¡El sol era tan cálido, el aire tan refrescante!... Me bebía el límpido rocío y la lluvia generosa; respiraba, estaba vivo. De la tierra, allá abajo, me subía la fuerza, que descendía también sobre mí desde lo alto. Sentía una felicidad que era siempre nueva, profunda siempre, y así tenía que florecer sin remedio. Tal era mi vida; no podía hacer otra cosa.
-Tu vida fue demasiado fácil -dijo el caracol.
-Cierto -dijo el rosal-. Me lo daban todo. Pero tú tuviste más suerte aún. Tú eres una de esas criaturas que piensan mucho, uno de esos seres de gran inteligencia que se proponen asombrar al mundo algún día.
-No, no, de ningún modo -dijo el caracol-. El mundo no existe para mí. ¿Qué tengo yo que ver con el mundo? Bastante es que me ocupe de mí mismo y en mí mismo.
-¿Pero no deberíamos todos dar a los demás lo mejor de nosotros, no deberíamos ofrecerles cuanto pudiéramos? Es cierto que no te he dado sino rosas; pero tú, en cambio, que posees tantos dones, ¿qué has dado tú al mundo? ¿Qué puedes darle?
-¿Darle? ¿Darle yo al mundo? Yo lo escupo. ¿Para qué sirve el mundo? No significa nada para mí. Anda, sigue cultivando tus rosas; es para lo único que sirves. Deja que los castaños produzcan sus frutos, deja que las vacas y las ovejas den su leche; cada uno tiene su público, y yo también tengo el mío dentro de mí mismo. ¡Me recojo en mi interior, y en él voy a quedarme! El mundo no me interesa.
Y con estas palabras, el caracol se metió dentro de su casa y la selló.
-¡Qué pena! -dijo el rosal-. Yo no tengo modo de esconderme, por mucho que lo intente. Siempre he de volver otra vez, siempre he de mostrarme otra vez en mis rosas. Sus pétalos caen y los arrastra el viento, aunque cierta vez vi, cómo una madre guardaba una de mis flores en su libro de oraciones, y cómo una bonita muchacha se prendía otra al pecho, y cómo un niño besaba otra en la primera alegría de su vida. Aquello me hizo bien, fue una verdadera bendición. Tales son mis recuerdos, mi vida.
Y el rosal continuó floreciendo en toda su inocencia, mientras el caracol dormía allá dentro de su casa. El mundo nada significaba para él. Y pasaron los años. El caracol se había vuelto tierra en la tierra, y el rosal tierra en la tierra, y la memorable rosa del libro de oraciones había desaparecido... Pero en el jardín brotaban los rosales nuevos, y los nuevos caracoles se arrastraban dentro de sus casas y escupían al mundo, que no significaba nada para ellos. ¿Empezamos otra vez nuestra historia desde el principio? No vale la pena; siempre sería la misma. "

Hans Christian Andersen
El caracol y el rosal (fragmento)

LIBRERÍA LA TELARAÑA dijo...

José Francisco.
Cuando vi tu articulo me sorprendió mucho ya que elegiste precisamente una acuarela realizada con este planteamiento. De hecho yo hago muchos dibujos sin alzar la mano y con los ojos cerrados

Desde hace tiempo hago retratos síquicos o transpersonales. Se trata de la misma técnica que tú has presentado realizaba con un bolígrafo. Indudablemente la acuarela no se logra hacer de un sólo trazo pero si te diré que no hay dibujo previo ni idea de lo que voy a hacer y es realizada en un plazo de tiempo no mayor de 5 horas.

Una vez que yo tomo conciencia de lo que he realizado y que suele ser de varios días la retoco y escribo el texto. Aquí te lo envío. El enigma es que los *retratados* se reconocen en la pintura y en las palabras.

Debes de tener un perfección mental extraordinaria ya que de tantas obras o fotografías, escogiste la adecuada para tu articulo.

Por supuesto que considero necesario recuperar la actividad espiritual, empática, primitiva que los seres humanos poseemos ahora en una pequeñísima medida, ya que han sido anulados precisamente por la técnica, cuando en realidad los valores que hacen sentir la belleza, y lo absoluto se encuentra precisamente en ellos.


un abrazo. Espero que entiendas ahora Catarsis



CATARSIS

Esta acuarela es una propia catarsis.
Hay una parte materia y otra espíritu entre ambas muy diferenciadas. Mi percepción es la de una personalidad en constante conflicto interior, intimo, y realista. Una personalidad sumamente frágil y sensible que se aferra a los sueños oníricos y los misterios casi esotéricos, para poder aportar a la vida material, la esencia de la belleza.

La parte más conflictiva es la que nace de la base en la que la personalidad debe elegir caminos. Creo que ha sido anulada una parte artística llena de vida y color por necesidades de otros y no propias. Eso ha derivado a lo antes expuesto… la continua lucha de querer armonizar o unificar los deseos espirituales con los materiales.

Tal vez seria necesario retomar esa habilidad para generar una energía más en movimiento y consonancia de la verdadera necesidad personal

La visión de un ¿Dios? O ¿Religión? me fue dada en último término...como una necesidad de volar a esos extremos, que por otro lado han sido los más conflictivos en la vida cotidiana.

La familia parece estar regida por esas diferencias entre lo místico o más sutil, y la parte más realista o llamémosla más cerebral. Hay una diferenciación entre lo terrenal y más espiritual que se sustentan entre los miembros familiares.

TÉCNICA.

Durante la realización me ha costado superar el VACÍO a la que me veía sometida.

La acuarela se presta muy bien al pensamiento inmediato, ya que su técnica es enigmática. Eso es una ventaja para los poetas o visionarios de los niveles espirituales o abstractos. Por lo tanto esta acuarela es un universo cambiante que late a cada pensamiento del que la contempla, dando lugar a una constante CATARSIS ya sea personal o artística.

Julia De la Rúa…………………….
realizada el 3 Marzo 2008

Zach dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Zach dijo...

Este articulo es muy bello y me hace pensar mucho de lo espiritual. Estoy de acuerdo contigo que la tecnologia nos hace olvidar las cosas de mas importancia--el amor, la sabiduria, la bondad, el amistad. Gracias por compartir tus pensamientos.

Tu Amigo,

Zach