He leído el libro hace poco. De hecho, lo he devuelto hoy a la biblioteca. Supe de él hace unos pocos años, cuando alguien lo citó muy elogiosamente en un lugar en el que yo había alabado a Sócrates. I.F. Stone había demostrado, según mi interlocutor que Sócrates era un personaje muy distinto a cómo se nos había querido hacer ver hasta ese momento.
Traté de lograr el libro, pero no hubo nada que hacer, pues hace tiempo que no está a la venta en España. Finalmente, lo pude sacar de la biblioteca pública y leerlo. Ya en el prólogo me di cuenta de que algo no iba bien. Lo que no cuadraba en un principio al autor del libro es que una ciudad tan modélica como Atenas hubiera cometido el atroz crimen de condenar injustamente a muerte a Sócrates. Este es el punto de partida, mediante el cual se dispone a desmontar el consenso oficial que durante 24 siglos ha habido sobre la figura de Sócrates. Como se puede comprender, para lograr sus propósitos necesita derribar además la figura de Platón y de todos los filósofos e historiadores que a lo largo de los siglos han contribuido a establecer esa imagen de Sócrates que tanto veneramos muchos.
El tal I.F. Stone, sin duda ávido de fama, se ha creído capaz de tal proeza, equiparable a la de un chiquilicuatro que se apostara tras una roca para fusilar a su paso por la espalda al gran héroe de todos los tiempos. A lo largo de todas las páginas del libro va enjuiciando los actos de Sócrates con la misma actitud de aquellos que no ven más que los desvaríos de Don Quijote y el materialismo de Sancho Panza. No hay dos personas que vean igual a un mismo personaje. La visión de Platón, capaz de captar a Sócrates en toda su grandeza impera sobre la mezquina de I.F. Stone. Éste quiere crecer a costa de Sócrates; a Platón no le importó presentar a un personaje capaz de superarle a él mismo. Agustín García Calvo escribió un artículo incontestable sobre este libro; afirma que no leyó el libro, cosa que debe de ser cierta, porque de haberlo hecho aún hubiera sido más duro con Stone, pero se lo deben de haber contado muy bien, porque lo rebate con suficiencia. Por su parte, Fernando Savater, en su “Historia de la filosofía sin temor ni temblor”, hace un retrato bellísimo de Sócrates, al que dedica muchas páginas, sin hacer ni una sola mención al tal Stone. Tampoco se le menciona en el artículo de la wikipedia dedicado a Sócrates.
5 comentarios:
Con lo que escribes, querido Vicente, se comprueba una vez más que hay muchos libros perfectamente prescindibles.
Si habrias leido el libro podrias juzgarlo, pero como das a entender que no lo has hecho abstente de dar esa opinion. Y me veo en la obligacion de decirle al que a escrito su opinion sobre I. F. Stone, que se informe un oco mas sobre el autor, que por cierto ya or aquel entonces no carecia de fama.
Atentamente, un lector Anonimo.
Anónimo, tu comentario habla de ti, tu credibilidad queda a la altura de tu ortografía....
Creo necesario hacerle un doble comentario que, por una parte, vaya en su contra y, por la otra, le afirme en su comentario al libro de Stone.
En primer lugar el tal anónimo de más arriba tenía razón al afirmar (aunque eso sí, en una pésima ortografía) que Stone no era ningún buscador de fama cuando escribió el libro: ya había cumplido 80 años y era un periodista renombrado en su país. También tengo que negar su afirmación de que Savater no presta atención a la obra, es posible que en el libro que usted refiere no (un libro más o menos reciente), pero le dedica toda una reseña en el diario El País (aquí se la dejo: http://phylosophyforlife.blogspot.com.es/2011/09/hemeroteca-resena-de-un-libro-sobre-el.html).
En segundo lugar, creo que usted tiene razón a diferencia del tal anónimo de que Stone lleva demasiado lejos su crítica al pensamiento socrático, lo desvalora en demasía y, en resumidas cuentas, le coloca en el papel de malo sin darle (ya desde el mismo prólogo) mucha oportunidad a su defensa. Es lo que defiendo en la lectura del libro que hago en mi blog: http://lecturasdeunfilosofo.blogspot.com.es/2013/09/el-juicio-de-socrates-i-f-stone.html
Un saludo.
"Agustín García Calvo escribió un artículo incontestable sobre este libro; afirma que no leyó el libro, cosa que debe de ser cierta, porque de haberlo hecho aún hubiera sido más duro con Stone, pero se lo deben de haber contado muy bien".
Solo un apunte: García Calvo, según él mismo confiesa, ojeó el libro en un drugstore, parece que no se lo contó nadie o, si se lo contó alguien, el autor mintió en su artículo.
Da la impresión de que a usted le ha pasado algo parecido.
P.D.: el lema de la inteligencia académica podría ser: no se debe ni leer ni conocer la crítica a los dogmas
Publicar un comentario