El
barrio Almassil de Mislata da nombre a esta escultura que preside la
plaza Mayor. Este monumento mide 35 metros de altura y pesa 60
toneladas. Consiste en una estructura vertical, coronada por la
cabeza de un personaje, de la que surgen columnas, edificios y
chimeneas. El personaje bien podría ser el propio artista, Miquel
Navarro, nacido y residente en Mislata, que guarda memoria de que en
ese barrio estuvo el único enclave industrial del pueblo. De su
cabeza salen, pues, esos recuerdos coronan la estatua, que homenajea
de este modo al barrio.
Miquel
Navarro es un escultor que ha tenido éxito y su obra es halagada y
admirada en numerosos lugares. Como puede suponerse, tiene anécdotas
que contar. Una de ellas está recogida en el libro colectivo,
Ocurrió
en Valencia, y consiste en que tuvo hospedado en su casa al
entonces subcampeón del mundo de ajedrez, Viktor Korchnói, el mejor
jugador del mundo de entre los que no han sido campeones, puesto que
se lo pidió quien podía hacerlo, que no era otro que Rafa Marí.
Como dice el protagonista, ese episodio es muy gracioso contado, pero
cuando lo tuvo que vivir contaba el tiempo que faltaba para que
terminase. Por otro lado, el ajedrez le resulta totalmente ajeno;
dirige sus esfuerzos al estudio de los materiales e indaga acerca de
las posibilidades que le ofrecen para su faceta artística.
La
casa en la que tuvo alojado al famoso ajedrecista también originó
otra anécdota, pero no la voy a contar porque no tengo su permiso,
y tampoco se lo he pedido; pero sí quiero apuntar que esta anécdota
muestra el carácter desprendido y abnegado del escultor mislatero.
Mislata
sale ganando mucho teniendo este monumento que preside una de las
plazas de la ciudad, y el propio autor debe de estar muy contento
porque este es su pueblo.
Merece
la pena ir allí sólo por verlo.
Vicente
Torres
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