Hay
quien se ha rendido ante la vida y se deja llevar. En el horizonte,
el fracaso. Si en lugar de eso fuera en busca de sí mismo, y tratara
de explicarse lo que le sucede y de qué modo lo puede solucionar
otro gallo le cantaría.
Hay
quien basa su vida en cuatro nociones básicas y aferra a ellas como
si fueran dogmas de fe. Si saliera de esos muros mentales sería como
si se perdiera en el desierto y no sabría hacia dónde ir. Una
persona es mucho más que cuatro nociones básicas. El problema llega
cuando se han tomado muchas decisiones basadas en esos prejuicios y
cualquier investigación puede resultar dolorosa o insoportable.
Algunos
necesitan alimentar continuamente su vanidad como método para
esconderse de sí mismos.
Los
hay que necesitan estar menospreciando continuamente al prójimo para
sentir que están vivos. Cualquier detalle o incluso defecto físico
que aprecien les sirve para el caso.
Hay
quien necesita ver todo lo que ocurre. Quisiera penetrar las paredes
con la mirada, escuchar lo que se dice en la distancia. Olvida, o no
tiene en cuenta, que esos poderes se los reservó un hipotético Dios
para sí mismo.
Acaparar dinero o poder es otra forma de huir de sí mismo. Olvidan quienes
actúan así que se convierten en esclavos del dinero o del poder.
Los
ejemplos que se pueden poner son muchos. La cita tiene muchos siglos
de existencia, tantos que procede del Templo de Apolo de Delfos.
Figura en bastantes frontispicios. Ha sido reproducida en
innumerables escritos.
1 comentario:
Lo subscribo. Y bien traido a colación.
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