martes, 9 de marzo de 2021

Un intelectual

 

Uno se cruza con un intelectual y piensa:

- ¡Hombre!, alguien con quien poder hablar atendiendo nada más que a los argumentos y los datos.

Pues no, un intelectual se considera más inteligente que nadie y está seguro de que al decantarse por una opción concreta lo ha hecho sirviéndose de todo el potencial de su mente y tampoco es posible que se le haya escapado ningún detalle. Así pues, tiene su decisión tomada y no consiente que un ‘inferior’ interfiera en ella. Ni siquiera entre en el debate, lo corta de raíz.

Quizá convenga definir el término intelectual más allá de las convenciones populares, que una vez establecidas pasan a considerarse verdad. Digamos que se trata de alguien que se sirve del intelecto y nada más que del intelecto. Sin injerencia alguna de ninguna otra circunstancia o querencia propia, de las que ha sabido desprenderse para que nada interfiera en su actividad reflexiva.

¡Ah!, pero es que aquí todos defienden su negocio, el eclesial, su lugar en la manada, su puesto, remunerado, ¡como no!, en alguna institución, su prestigio ante unas masas que lo tienen etiquetado y catalogado… Dejemos este camino, que nos traerá muchos enemigos y maldiciones.

En contra de mi costumbre, daré nombres, en realidad sólo uno, aunque esta entrada no va por él, sino que sirve como ejemplo. Pedro J. De la Peña se considera inmerso dentro del grupo de los intelectuales, pero otros, situados en un escalón superior, le negaban esta condición. Esto lo sé porque me lo han contado, puesto que yo no estaba allí. En la presentación del libro ‘2016. Año bisiesto’, que corría a su cargo, dijo que el autor, que soy yo, apoyado en su solvencia moral, ¡ejem! -esto es mío-, criticaba duramente a otras personas de un rango social superior. ¡Válgame el cielo! Como si los políticos no estuvieran sujetos a la crítica y al escrutinio públicos. Luego piden el voto. Se trata de las burradas que hicieron Felipe González y Alfonso Guerra y cuyas consecuencias sufrimos ahora.

1 comentario:

Mª Jesús Díaz, mamá de Chusi dijo...

La humanidad se divide en dos grupos:
Están los de mente cerrada y están los que tienen mentalidad de crecimiento. Y la inteligencia está en ambos grupos bien representada. No se sabe ( al menos yo no se) si es más más abundante en uno de los dos grupos. Habría que darle una vuelta a ver. 😉