martes, 31 de enero de 2023

La deuda de la humanidad

 

Cualquier ser humano que viene al mundo está en deuda con todos los que le han precedido, porque gracias a ellos tiene la posibilidad de adquirir un enorme caudal de conocimientos. Esto debería ser motivo de reflexión para los que se abonan al egoísmo. De los narcisistas no hablo, por su incapacidad para reflexionar.

La vida está montada de tal modo que hasta los más egoístas, malvados o narcisistas aportan algo al bien común. Lo cual también debería ser meditado.

Conviene también tener en cuenta que nuestros primeros antepasados, los monos que bajaron del árbol, tuvieron que hacer grandes esfuerzos para adaptarse a la nueva situación. De ahí su espectacular desarrollo cerebral. Actualmente, conseguido el dominio humano sobre la Tierra, el cerebro se utiliza para engrosar el currículum, y otras cosas en las que no me voy a extender. El cerebro ya no se desarrolla. Por lo menos no consta que lo haga.

Bien, pasemos a la parte mollar del asunto. Hasta Sócrates, la razón, la verdad, la justicia, la belleza, el valor, etcétera, era lo que dictaminaba el amo del cotarro. Gracias a quien fue conocido como el Tábano, somos libres. Demostró que los conceptos son independientes de lo que digan los poderosos. Cuestión distinta es que la inmensa mayoría de los habitantes de la Tierra sepa quién fue Sócrates y gobiernos de naciones desarrolladas legislen sin tenerlo en cuenta. Eso no significa que no estemos en deuda con él. Nos enseñó el camino de la libertad, quien no lo quiera seguir, allá él.

Pasaré ahora al segundo personaje del que quería hablar, que es Jesucristo. Hay que tener en cuenta que así como la existencia de Sócrates, anterior en cuatro siglos, está probada, la de Jesucristo no lo está. Y, no obstante, su influencia es muy superior, lo cual también merece una reflexión. Según la leyenda, predicó el bien con el ejemplo y se dejó torturar y matar. No obstante, recibe mucho odio y muchas burlas.

Su existencia puede suscitar dudas, pero su mensaje es real.

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