martes, 27 de enero de 2009

"Los orangutanes afilan hachas, cortan madera, lavan ropa..."

Willie Smits, estudioso de los orangutanes que recupera bosques en Borneo para protegerlos

IMA SANCHÍS - 27/01/2009

51 años. Nací en Holanda y vivo en Tomohon (Borneo). Estoy casado con la reina de Tobolu y tenemos 3 hijos, 2 nietos y 1.000 orangutanes. Soy doctor en Silvicultura Tropical. En política domina la economía. Soy protestante. Publico ´Los pensadores de la jungla´ (Ullmann)

¿Qué le llevó a Indonesia?

Quería llegar a algún lugar donde no hubiese estado nunca nadie antes que yo.

¿Y se enamoró?

Perdidamente, de la reina del lugar y de aquellos bosques. Me instalé en una selva deforestada, en una cabaña de madera, sin electricidad, sin agua. Creé un herbolario y un vivero, y en seis meses ya había plantado más de 20.000 pequeños árboles de la valiosa madera fina meranti. Ese lugar hoy vuelve a ser una selva.

Un bebé orangután le complicó la vida.

Encontré a Uce entre la basura de un mercadillo de Balikpapan. Sus ojos me atravesaron de lleno, quedé impactado.

Tres años más tarde fundó la Balikpapan Orangutan Survival Foundation (BOS).

Me fueron trayendo bebés. Al principio vivían en casa: mis hijos eran también muy pequeños y comprobé que no había diferencia entre ellos; simplemente, los orangutanes no podían hablar.

¿Sólo eso nos diferencia?

Entienden todo lo que les dices, e incluso algunos hablan un poquito, y si les enseñas el idioma de los sordomudos conversan contigo. Uno me decía: "Yo soy un orangután porque puedo hablar contigo", y cuando le preguntaba qué eran sus congéneres me respondía: "Ellos son monos rojos".

Está emocionándose.

Lo que está ocurriendo en los bosques de Indonesia es un genocidio, porque ellos no son diferentes de nosotros, pueden comprender lo que pensamos y nuestros sentimientos. Cuando me ven preocupado, me consuelan, me traen fruta, me acarician. Son maravillosos: ¡imagine!, ¡un animal que está en una jaula y quiere ayudarme a mí!

Ellos han decidido su vida.

Si yo actualmente me ocupo de 1.000 orangutanes, crías recogidas, significa que han muerto más de 6.000 en el bosque. Para capturarlos deben matar a sus madres.

¿Cómo ha organizado su centro?

Tengo 300 cuidadoras que enseñan a esos huérfanos lo que su madre les hubiera enseñado durante siete años. Después los liberamos en un bosque vacío, reforestado por mí. Lo maravilloso es que este proyecto salió adelante gracias a 10.000 niños de Borneo que dieron un céntimo de euro al mes durante tres años. Hoy la BOS es el proyecto de primates más grande del mundo.

Cuénteme de estos primos entrañables.

Son grandes botánicos, conocen más de mil especies de árboles. Cuando pasan por un árbol con frutas aún verdes, memorizan su posición y vuelven a él el día exacto en que las frutas ya están maduras.

Buena memoria.

Funcionan como un navegador vía satélite. Tienen unas facultades visuales superiores a las nuestras y una capacidad de aprendizaje y memorización mayor y más duradera. Saben tratar enfermedades y prevenirlas. En sus nidos colocan las mismas ramas que usan los nativos para repeler a los mosquitos. En una ocasión tenía una fuerte migraña y me tomé la misma planta que ellos utilizan: el resultado me asombró. Ahora la toma todo el personal de la BOS.

Sorprendente.

Su capacidad de aprendizaje ha quedado demostrada gracias a muchas imitaciones de complejos patrones de conducta humanos. Los orangutanes cortan madera, afilan hachas, lavan ropa, friegan platos, arrancan la maleza y barren los caminos, cuelgan hamacas y se columpian en ellas, incluso hemos visto cómo extraen gasolina de un coche aspirando con fuerza. Y lo hacen sin que nadie les enseñe.

Sin embargo, no se rebelan contra los hombres que los capturan y maltratan.

Son más empáticos y altruistas que los hombres, y nada agresivos. Pero hay que observarlos en su hábitat. Nosotros por primera vez hemos documentado que los orangutanes pescan: se fabrican una caña y pescan; y ya son varios los científicos que han observado su capacidad para el arte.

¿Arte?

Decoran sus nidos con flores y les encanta hacer formas con el agua, una especie de pintura no permanente, y también se pintan los labios con barro, se adornan con hojas y flores y luego se miran y se retocan cuando ven su reflejo.

¿Animales racionales o irracionales?

Racionales; es decir, también son capaces de pensar por sí mismos y no simplemente imitar. Una orangutana le dio a su cuidadora una lata y un abrelatas; no sabía cómo se utilizaba, pero sabía que serviría. Una vez su cuidadora colocó el abrelatas correctamente, la orangutana abrió la lata.

¿Entre los orangutanes también domina el gran macho?

Hay unos gigantescos, con una gran papada, que hacen su llamada y las hembras acuden; pero luego están los normalitos, y esos tienen que seducir a las hembras regalándoles flores y frutas.

¿Qué fue de Uce?

A Uce la liberé en el bosque tres años después. Todos sus compañeros se adentraron en la selva, pero ella no quería marcharse. La consolé, corté una Licuala repensa y se la di como regalo de despedida. Seis años después volví a verla. Me mostró su cría, luego me cogió de la mano y se adentró en el bosque, cortó una de aquellas hojas y me la dio: estaba diciéndome que no había olvidado lo que había hecho por ella.


Comunicación

En el zoo, Smits le enseña a una orangutana fotos de sus congéneres. Ella, interesada, se acerca a verlos y escoge su preferido. El personal se queda de piedra. Balikpapan fue una ciudad petrolera, de todas partes llegó gente para talar e incendiar los bosques, que fueron sustituidos por plantaciones de aceite de palma. Smits ha repoblado 2.000 hectáreas con sus trucos de silvicultor; luego volvieron sus habitantes, los orangutanes y la población local, a la que se asignaron parcelas para cultivar, y se contrató a personal para el proyecto BOS, un bosque para los orangutanes y para los hombres de Samboja. Pese a ello, Smits vive amenazado de muerte y han quemado dos veces su casa.

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