martes, 5 de mayo de 2009

Dos jinetes

Valencia fue fundada junto a los márgenes del río Turia. Creció y el río quedó en medio, atravesando la ciudad. El Turia se desbordó varias veces, causando grandes daños. Tras la última vez, en 1957, se decidió poner remedio. En aquel entonces la única posibilidad consistía en desviar el río y eso es lo que se hizo.
Quedó un cauce seco, de una anchura media de 150 metros, atravesando la ciudad. Las autoridades de entonces decidieron convertirlo en autopista pero los valencianos se manifestaron exigiendo que se convirtiera en parque. Y ahora la ciudad dispone del Jardín del Turia, el parque urbano más grande de España.
El día era espléndido, hoy, con lo que la afluencia de visitantes era grande. Había grupos de caminantes, otros corrían, algunos iban en bicicleta, sin que faltaran los patinadores. A lo largo del camino, muchas personas tomaban el sol sobre la hierba, en el seto central, charlaban o leían.
Ante mí, a lo lejos, he visto dos policías a caballo. Van despacio, les voy ganando terreno, caminando a mi paso. Acabaré adelantándoles. Uno de los caballos es blanco y el otro alazán. La estampa de los dos es muy bella y ambos son muy similares de tamaño y de porte. Se les ve muy lustrosos y con las colas peinadas e idénticas, salvo en el color. Les admiro al pasar junto a ellos, me fijo en sus belfos entreabiertos.
La impresión es que el jinete manda sobre el caballo. Quizá no sea del todo cierto. El jinete ha de mantener una postura adecuada y comportamiento acorde con lo que espera el animal. El caballo siempre es un noble bruto. El jinete siempre ha de ser noble con el animal, pero puede ser bruto con las personas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bellísimo artículo, querido Vicente, pero uno piensa que quizá es una falsa discusión. El caballo no sabría a dónde ir sin el jinete. Y el jinete, sin el caballo, no sería jinete: sería otra cosa. Ambos se necesitan, ambos son complementarios e indispensables el uno para el otro. No es tan importante quién gobierne a quién sino que el trayecto, el punto de llegada y la intención del viaje sean "justos y perfectos". Ojalá el mundo se moviese siempre con esa armonía.
Saludos.
INCITATUS

Anónimo dijo...

Lindo artículo sobre Valencia, el Turia y los dos jinetes. Que bien que aprovecharon el cauce seco para hacer un parque urbano como una obra que favoreció la integración de la zona. Los jinetes se llevan bien con sus caballos, a pesar de que quizas, no puedan ser tan considerados con las personas de su entorno y si lo sean con los animales. Se presenta una interesante descripción que impacta y llama la atención.

Anónimo dijo...

La referencia a la riada y a los caballos me ha recordado los que mi padre salvó de ahogarse en ese episodio, se encontraban en los cuarteles de la Alameda. Muy bonito comentario.