
El sujeto representado medita en la trampa que es la vida moderna, con sus falsas metas e incentivos, en la que ha caído mientras pensaba que iba en pos de la felicidad, la aspiración humana por antonomasia. La meditación le hace recuperar la lucidez y se ve desprovisto de dignidad –desnudo-, o sea, flagelado, con ligaduras y con la simbólica corona de espinas.
La obra, de gran calidad pictórica, pone de relieve la soledad del ser humano en todas y cada una de las cuestiones trascendentes que le interesan, aunque por lo común se haya dejado arrastrar por la opinión reinante y por creer que haciendo lo que todos hace lo correcto. Al final, sea cual sea la opción de moda, cada uno se enfrenta en solitario a su realidad. Y ya no cabe echarle la culpa a nadie puesto que todos están en el mismo caso.
He aquí, pues, una obra de arte de gran impacto visual, aparentemente frívola y llena de sensualidad, que remite de inmediato a lo trascendente, al hacer pensar en el sufrimiento innecesario e inútil, producto generalmente de la estupidez humana.
"ECCE HOMO" Óleo sobre lienzo 200 X 180 cm. por Enrique Senís-Oliver.
Haciendo clic en ella, se agranda la imagen.
Texto de Vicente Torres
1 comentario:
Bellísima interpretación.
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