``El canto del Mahamudra´´ de Tilopa
adaptado a la cultura y mentalidad occidental
adaptado a la cultura y mentalidad occidental
``El Canto del Mahamudra´´ es un texto de un gran maestro budista llamado Tilopa donde explica la unidad a través de la enseñanza de la meditación y de la relajación para así alcanzar el estado de consciencia trascendente por ellos llamada ``iluminada´´ o estado de ``Buda´´.
En esta entrada tenemos este texto adaptado a la mentalidad y el contexto cultural occidental clásico. Con respecto a la versión anterior [enlace], entre otras cosas, se ha sustituido el concepto de vacío ---continente infinito y eterno que abarca el todo---, por el concepto del Ser ontológico, es decir, el Ser en sí que se manifiesta en todo lo que es (idea platónica).
El texto tiene una gran belleza y profundidad sencilla, pero para poder captarlo en todo su esplendor es necesaria la experiencia del silencio mental y emocional relajado y sostenido durante unos minutos de manera periódica y prolongada en el tiempo como práctica habitual.
Disfrútalo.
“El Ser no necesita apoyo y todo lo sostiene;
el Gran Concepto no se apoya en nada.
Sin hacer ningún esfuerzo;
permaneciendo relajado y natural
puede uno romper el yugo y obtener de esta manera la Liberación.
Si ves al Ser que subyace en todo al contemplar el entorno,
si con la atención observas a la mente,
entonces destruyes las distinciones
y alcanzas el estado de consciencia real trascendente.
Las nubes que vagan por el cielo no tienen raíces, ni hogar,
ni tampoco los diversos pensamientos que flotan en la mente.
Una vez contemplas la propia mente,
cesa la discriminación.
En el espacio se forman figuras y colores,
pero ni el negro ni el blanco tiñen el espacio.
Todo emerge de la propia mente;
la mente no es manchada ni por virtudes ni por vicios.
La oscuridad de siglos no puede ocultar el brillante Sol,
ni tampoco las largas eras cósmicas de los ciclos de los renacimientos
pueden ocultar la espendorosa luz de la mente.
Aunque se utilizan palabras para explicar el Ser,
el Ser como tal no puede ser nunca expresado.
Aunque decimos: `La mente es tan brillante como la luz´,
ésta trasciende palabras y símbolos.
Aunque la mente es en esencia el Ser,
contiene y abarca todas las cosas.
No hagas nada con el cuerpo; sólo relájalo...
Cierra la boca firmemente y guarda silencio.
Vacía tu mente y céntrate en el Ser.
Como un bambú hueco, relaja tu cuerpo.
Sin dar ni tomar, pon tu mente a descansar.
El Gran Concepto es como una mente que a nada se apega.
Practicando así, a su tiempo alcanzarás el estado de consciencia real trascendente.
Ni las oraciones, ni las obras caritativas,
ni la instrucción en doctrinas y preceptos,
ni las enseñanzas de escuelas y escrituras,
proporcionan la realización de la Verdad Innata.
Si la mente llena de deseo busca una meta,
solamente logra ocultar la Luz.
Aquel que observa los preceptos de unión e interrelación cósmica con el todo
y sin embargo hace discriminaciones,
traiciona el espíritu de la serenidad jubilosa profunda e ilimitada del Ser.
Cesa toda actividad,
abandona todo deseo,
deja que los pensamientos surjan y desaparezcan como las olas del océano.
Aquel que nunca se identifica con nada,
y que en todo ve la manifestación del Ser,
cumple los preceptos de unión e interrelación cósmica con el todo.
Aquel que abandona sus deseos y no se aferra ni a esto ni a aquello,
percibe el verdadero significado que expresan las escrituras.
En el Gran Concepto el pecado no tiene fundamento;
en el Gran Concepto uno es liberado de y en la prisión del mundo.
Éste es el supremo don que trae la luz de la Sabiduría.
Los que no creen en la luz de la Sabiduría,
son tontos que para siempre se revuelcan en el sufrimiento y la miseria.
Para luchar por la liberación
uno debe depender de un Maestro.
Cuando tu mente reciba sus bendiciones,
la emancipación estará a tu alcance.
De este modo, todas las cosas de este mundo resultan insignificantes;
no son más que semillas de dolor.
Las pequeñas enseñanzas te llevan a actuar;
uno debe seguir sólo las grandes enseñanzas.
Trascender la dualidad es la visión del rey.
Conquistar las distracciones es la práctica de los reyes.
El camino de la observación sin tinte moral ni afectivo alguno,
es el camino de todos los que alcanzan la consciencia real trascendente.
Aquel que recorre ese camino alcanza el estado de consciencia real trascendente.
Este mundo es transitorio como los fantasmas y los sueños;
sin substancia alguna.
Desapégate del mundo y tus vínculos afectivos y mentales,
corta los cordones de la lujuria y del odio
y guarda silencio interior observando el medio sin calificativos.
Si dejas de luchar y permaneces relajado y natural,
pronto obtendrás el Gran Concepto
y alcanzarás lo inalcanzable.
Corta la raíz de un árbol y sus hojas se secarán;
corta la raíz de tu mentalidad y el ciclo de los renacimientos se desvanecerá.
La luz de una lámpara dispersa instantáneamente la oscuridad de largas eras cósmicas;
la intensa luz de la Mente quemará, como un rayo, el velo de la ignorancia.
Quien se aferra a la mentalidad
no ve la verdad de lo que está más allá de ella.
Quien se esfuerza en practicar la bondad,
encuentra la verdad que está más allá de la práctica.
Para conocer lo que está más allá de ambas, mentalidad y práctica,
uno debe cortar de raíz la mentalidad
y observarlo todo en total desnudez.
De esta forma, uno deja de lado toda distinción y permanece tranquilo.
Uno no debe dar ni tomar, sino permanecer natural,
porque el Gran Concepto está más allá
de toda aceptación o rechazo.
Puesto que el Ser nunca ha nacido,
nadie puede obstruirlo, ni mancillarlo.
Al permanecer en el reino de lo no-nacido
toda apariencia se disolverá en la Compasión,
y las metas, los ideales y el orgullo se desvanecerán en la nada.
La comprensión suprema
trasciende «esto» y «eso».
La acción suprema
maneja todas las situaciones,
sin apego.
La realización suprema
es tomar consciencia de lo inherente al Ser, sin espectativas ni metas.
Al principio, el practicante de la unicidad siente que su mente se precipita como una cascada;
a mitad de su curso fluye lenta y plácida, como el Ganges;
al final es como un grandioso y vasto océano
donde las luces del hijo y de la madre se funden en una sola.
2 comentarios:
Tilopa es un maestro Budista Mahayana, no Veda
Estimado comentarista anómino. En primer lugar, gracias por la corrección. Es cierto: Tilopa fue un Maestro del budismo tántrico de la India que tiene, entre sus muchos méritos, el haber llevado el tantra-budismo al Tíbet.
De nuevo, gracias por la puntualización que en seguida reflejo en la entrada.
Un saludo cordial.
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