La
traición es algo que está tan presente en la historia de la
humanidad y en la vida cotidiana que no hay más remedio que tenerla
en cuenta. Quizá este aspecto, el de obligar a mantener la
vigilancia en todo momento, sea el único positivo que tiene este
acto. Y son muchos los que lo perpetran sin ser siquiera conscientes
de ello.
Para
mejor entender lo que es una traición, basta con pensar en que no se
suele confiar en los niños, porque no se les considera con entidad
suficiente para mantener su palabra o atenerse a un criterio. Sin
embargo, Victor Hugo, en el poema Sur une barricade, se inventó un
niño que debería hacer enrojecer a nuestra clase política. Por
ejemplo.
Los
que hacen de la traición un arte, para ir medrando, y de entre ellos
los que destacan son los sociópatas. Para éstos, todo lo que les
ayude a conseguir sus propósitos es natural y lógico. Pero no sólo
los sociópatas traicionan para medrar.
Otros
traicionan por motivos más pedestres, muy parecidos al que motivó
la reconvención de Don Quijote a Sancho:
«Bien
se parece, Sancho, que eres villano, y de aquellos que dicen: ¡Viva
quien vence!»
El traidor puede haber
estado gastando bromas a su víctima, y un rato después, cuando ésta
no estaba presente, asestarle la puñalada, y luego congratularse de
su heroicidad, solo, o en compañía de otros felones vocacionales.
«Cubre
el traidor sus malas intenciones / con rostro grave y ademán
sincero, / y adorna su traición con las razones / de que se precia un
pecho verdadero». Esta hermosa y certera cita de Cervantes sobre los
traidores está en El gallardo español.
La
traición es tan fea que hasta quienes traicionan con regularidad,
cuando en el cine ven una traición la reprueban.
2 comentarios:
Gracias vicente. =)
Muy bien traído el tema, estamos rodeados de inconscientes y gobernados por traidores sociópatas. Gracias Vicente. Voy a postearlo al Colectivo Burbuja en Facebook.
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