No
es la primera vez que me refiero a este texto, que figura en Dietario
voluble, puesto que desde el primer momento me pareció un tanto
inquietante. Es el siguiente:
Así
es, si así nos parece. El mundo es una ilusión, un escenario en el
que todos tenemos frases que decir y un papel que representar. Cierta
clase de actores, al reconocer que están en una obra, seguirán
actuando a pesar de todo; otra clase de actores, escandalizados de
descubrir que están participando en una mascarada, tratarán de irse
del escenario y de la obra. Los segundos se equivocan. Se equivocan
porque fuera del teatro no hay nada, ninguna vida alternativa a la
que uno pueda incorporarse.
(…)
Me
parece adecuado hablar del escenario en el que nos movemos, y
me consta que hay gente capaz de hacer lo que sea por estar;
lo que me inquieta es la
afirmación de que fuera del escenario no hay nada. Pero
si uno piensa en los parias se da cuenta de que sí que hay algo
fuera de él. La casta de los parias no sólo está en la
India, sino que los hay
por todas partes del mundo. Y
si ellos consiguen vivir fuera del escenario, también es
posible que lo logren otros que se hayan apartado voluntariamente.
¿Se habrán equivocado
con esa decisión?
El
amigo del desierto, de la misma editorial, escrito por Pablo
d'Ors, indaga en otra realidad de la vida, bastante alejada de
lo que se da en el mundanal ruido, como
es la de la introspección.
Ésta quizá sea la
aventura más apasionante para cualquier ser humano. No
todo el mundo está dispuesto a encontrarse a sí mismo, no vaya a
ser que se lleve una desagradable sorpresa al quitarse la máscara
con la que participa en el teatro de la vida.
Para
los amantes de las delicias espirituales, este libro del nieto de
Eugenio d'Ors, como el
resto de los suyos, responde a todas las expectativas que haya
depositado en él.
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