domingo, 16 de noviembre de 2014

Tortillas de patatas

En la Cervecería Alhambra, que está en la calle de Calixto III, número 8, de Valencia, hacen una tortilla española difícil de superar.
Estuve en Madrid para presentar en La Casa del Libro de Alcalá 96, junto a Rafa Marí y Paloma Sanz Martín, estupendos periodistas ambos, el libro '1978. El año en que España cambió de piel'. Paloma tuvo la gentileza de dar inicio a su presentación diciendo que había empezado a leer el libro y que ya no pudo parar hasta llegar al final.
El caso es que me habían hablado muy bien de La Catapa, que está en la calle de Menorca, número 14, de la capital de España. Me informé por internet y vi que una de sus especialidades es la tortilla de patata. Fui a probarla, para comparar, alrededor del mediodía. Llegué tarde, porque se había terminado, por lo que tuve que probar otras cosas del local. He de comenzar diciendo que fue difícil encontrar sitio, porque estaba todo lleno. Y en segundo lugar que el servicio es admirable. En ningún momento me sentí desatendido, ni pude pensar que se habían olvidado de mí. Lejos de eso, para dulcificar la espera, el camarero me iba poniendo cosas, sin que luego la factura acabara siendo elevada. Quedé tan satisfecho que me limité a mirar el total y pagar.
Volví por la noche y el camarero nada más verme entrar y sin que yo hubiera abierto la boca me sirvió una ración de tortilla de patatas. Además, recordaba el vino que había bebido unas horas antes. He de reconocer que la tortilla estaba muy buena y era jugosa, pero predominaba la cebolla.
En la Cervecería Alhambra las he probado con cebolla y sin cebolla. Cuando lleva cebolla, lleva la cantidad justa para darle el toque. Las tortillas de este lugar me gustan mucho más.
El servicio de La Catapa está a la altura de su merecida fama.
En la foto, raciones de la Cervecería Alhambra.

1 comentario:

espia ruso dijo...

Mi admirado y querido amigo. en Madrid, la atención al cliente es lo primero. Totalmente de acuerdo contigo, la tortilla o la tapa puede variar en calidad, en sabor, en el matiz que quieras pero, cosa muy distinta, es el trato al cliente. No gozo de una elevada experiencia, y mira que llevo años en Valencia, ciertamente hay lugares en los que te atienden correctamente, pero de otros te tienes que marchar, no ya por mala atención, sino por falta de ella.
En Madrid, y eso lo he vivido en mis propias carnes, el trato es exquisito, en algunos sitios, sólo poner el pie en el establecimiento, el camarero te sugiere el lugar donde acomodarte cuando el local está abarrotado:
-Caballero, aquí tiene usted un hueco.
O cuando no, te sugiere la tapa, pruebe usted “tal cosa” que está exquisita.
Eso lo he vivido, y aquí tenemos mucho que aprender en ese sentido.
Un fuerte abrazo, Vicente.