viernes, 21 de noviembre de 2014

El IVAM retira la sala permanente a Miquel Navarro

Lo que desea un contribuyente es que el dinero de sus impuestos se use de forma provechosa para la comunidad, pero también quisiera que los responsables de las instituciones actuaran con elegancia y delicadeza.
No voy a discutir la decisión de la nueva dirección del IVAM de retirar la sala permanente a Miquel Navarro, puesto que entra en sus atribuciones y se le suponen suficientes conocimientos para tomarla. Pero sí que es muy discutible el modo en que se ha llevado a cabo. Del modo en que se ha hecho se puede pensar que se considera que la concesión de la sala permanente al escultor valenciano fue un favor que le hizo la anterior directora, Consuelo Císcar, cosa que resulta ofensiva.
Miquel Navarro tiene obra en las calles de muchas ciudades y también en muchos museos del mundo. Es académico de la Academia de Bellas Artes San Fernando. Retirar su obra de ese modo tan cutre es una humillación para el artista y una vergüenza para los ciudadanos, por los motivos explicados al principio.
Por otro lado, la afluencia de la sala siempre ha sido abundante, señal inequívoca de que las esculturas despiertan interés y son vistas con gusto. Era un lujo para el museo tener más de quinientas obras, que ahora serán retiradas por el autor, como es lógico suponer, y los visitantes tendrán que ir a otro lugar si desean verlas.
Resulta descorazonador para el contribuyente enterarse de que ni siquiera se ha intentado quedar bien y el resultado desastroso, con posible demanda judicial incluida estaba cantado desde el principio. Y si la nueva andadura del IVAM comienza de este modo el fracaso puede aventurarse, porque el público en general y los artistas en particular, requieren un trato respetuoso y el cuidado en las formas. La prepotencia no resulta adecuada en ningún caso.

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