lunes, 16 de marzo de 2015

Historias de la tele

Hubo un tiempo en que todavía no me había cansado de la tele y, por tanto, aún la veía. No mucho, pero la veía. Había una presentadora cuyo nombre no recuerdo que me parecía vulgar y en principio creí que duraría poco, pero lo cierto es que cada vez la ponían más.
Llegó un momento en que tuvo que compartir la presentación del telediario con Matías Prats. Se conoce que éste trató de demostrarle fuera de las cámaras su gran bagaje cultural. Es fácil entender esto, puesto que su padre tenía un gran vocabulario, una memoria muy desarrollada y muchos conocimientos en variados campos del saber. Algo de todo eso, o todo, pudo haberlo heredado el hijo.
El caso es que aquélla, puestos juntos ante las cámaras por primera vez, y al referirse a su nuevo compañero, dijo: me pasa tan gran cantidad de información..., o algo parecido. Podría haber dicho: sabe mucho, o tiene mucha cultura. Pero cualquier respuesta en este sentido la dejaba, en su fuero interno, en situación de inferioridad frente a él, puesto que su nivel de conocimientos era bastante menor. El subterfugio de decir en lugar de 'sabe mucho' 'me pasa información' lo coloca a él, aparentemente, a su servicio. Ya no es que demuestra su saber, sino que 'le pasa' información.
Cuando se juntan dos personas, por regla general, cada una de ellas supera a la otra en varias cuestiones. En cada ser humano hay infinidad de facetas. Pero cuando alguien opta por la vía mezquina se reconoce como inferior en todas.
Esta presentadora podría haber optado por la generosidad y reconocer sin más que en el terreno cultural, o de asuntos de actualidad o de lo que fuera, su compañero la superaba ampliamente. Y con ello habría quedado abierta la posibilidad de que en lo que a generosidad se refiere ganara ella.

2 comentarios:

Isabel Barceló Chico dijo...

En este momento no sé a qué presentadora te refieres, Vicente. Me parece sumamente aguda tu percepción y la reflexión a la que da lugar y estoy de acuerdo contigo. Dicho esto, lamentablemente suele ocurrir al revés: son los hombres los que minimizan ¡y de qué modo! el saber de muchas mujeres. Ojalá este post tuyo haga reflexionar a todo el mundo. Un abrazo.

M. José Martín Velasco dijo...

Muy buena apreciación