
Un joven, al que se le adivina una gran
potencia física, pero también de ánimo, a juzgar por su enfurecida
actitud, a causa de la impotencia a la que se ve sometido por unas
ligaduras que le impiden abrir los brazos y de una bandera, que
enrollada alrededor de su cabeza, tapándole por completo la cara, le
impide ver.
De su espalda salen unas grandes alas,
metáfora que indica que está preparado para volar muy alto. Pero
las condiciones en que se encuentra le tienen desvalido en el suelo.
El lugar en que tiene las ligaduras hace
ver que son voluntarias y que, por tanto, podría desprenderse de
ellas; la fuerza que se le adivina en los brazos permite pensar que
incluso podría romperlas si se lo propusiera. También podría
quitarse fácilmente la bandera que le impide la visión.
La composición del cuadro, muy bella, en
la que el artista muestra su gran dominio de la luz y su perfección
técnica, que se aprecia en puntos difíciles, como las manos o los
pies, induce a pensar que las alas, las ligaduras, la bandera, son
metáforas, mientras que la fuerza física y mental y la frustración
del personaje son reales.
La experiencia dice que las banderas no
sólo se cuelgan en los mástiles y en los balcones, sino que también
hay personas que se envuelven con ellas para protegerse o para
seducir y, otras personas, en cambio, se tapan los ojos con ellas, y
la cabeza, para que no les entre ningún pensamiento ajeno a la
causa.
Óleo sobre tela. 180 x 160 cms.
Año 2001
Vicente Torres
3 comentarios:
De acuerdo en todo. Lástima que ya no le dejen donar su magnífica sangre, aunque él no lo sepa.
Que quiere decir eso, explica por favor....
Me gusta como se describe..
Aunque se deja ver el sufrimiento real de la persona humana,
Saludos Vicente
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