Supongamos a un alemán humilde que vive
en la época de los nazis y que no sólo no se convierte en uno de
ellos, sino que además esconde en su casa a un judío, con el enorme
riesgo que conlleva que lo descubra alguno de los vecinos o los
mismos nazis.
Sigamos imaginando que vencidos los
nazis, algo que no podía prever en principio, el humilde alemán,
nuestro héroe, vuelva a su trabajo de siempre sin que su hazaña,
tan fuera del alcance de la mayoría de la población, sea
recompensada, porque el judío que gracias a él pudo salvar su vida
carece de medios económicos y no puede ir más allá del
agradecimiento moral y el resto de la población es incapaz de darse
cuenta de su valía.
Pronto, las personas mezquinas, que
abundan en todas partes, lo menospreciarán, porque necesitan paliar
el sentimiento que tienen de su escasa valía y el modo que
encuentran para ello es menospreciar a otros.
El concepto ‘gente pequeña’ es
antiguo, pero dicho con esas palabras tiene autor. Por lo menos, sólo
se lo he oído una persona, y fue con referencia a cierto periodista
que presta sus servicios en el diario del conde y que pudiendo ser
brillante resulta patético al tener que explicar o defender lo
inexplicable e indefendible.
Pero
ignoro los criterios generales con que, al margen de ese caso, los
aplica a otras personas. No
sé, por ejemplo, como consideraría al alemán citado, porque no
todo el mundo está capacitado para reconocer a un héroe, incluso
aunque conozca su historia, no digamos ya a ciegas. Este alemán del
principio, con nazis o sin nazis, siempre había sido igual, lo que
ocurre es que sus cualidades no son de las que sirven para medrar en
este mundo nuestro en el que los pelotas (¿ser pelota es una
cualidad?) se
desenvuelven tan bien.
4 comentarios:
Estupenda visión de la condición de héroe. Felicitamos a Vicente Torres por dos virtudes que tiene: la brevedad en la exposición, y lo atinado de su enfoque.
Saludos cordiales.
Pancracio Celdrán, de RNE.
Es muy importante que los héroes no se extingan, que sobrevivan de generación en generación para que haya destellos de luz en la oscuridad y se pueda seguir viendo el horizonte. El porvenir siempre estará lo suficientemente virgen como para que se sigan dando héroes y pelotas miserables.
Es muy importante que los héroes no se extingan, que sobrevivan de generación en generación para que haya destellos de luz en la oscuridad y se pueda seguir viendo el horizonte. El porvenir siempre estará lo suficientemente virgen como para que se sigan dando héroes y pelotas miserables.
Su humildad era su gran bagaje para la extraordinaria heroicidad que hizo el alemán, sin esperar nada a cambio, ni siquiera el reconocimiento que, solo está al alcance de muy pocos, como bien dices, querido Vicente. Con ordinaria naturalidad hizo lo que creyó debía hacer, sin importarle las posibles consecuencias posibles. Abrazos
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