viernes, 27 de abril de 2018

Una semana de abril

El día 23, día de San Jorge, hubo un homenaje a los donantes de sangre. El mundo se divide en dos. El de quienes dicen que dar sangre es santo y encomiable y el de quienes dan sangre.

Un donante sabe que todos, incluso quienes le atacan con más saña o le miran con el más profundo desdén, son posibles receptores y que aun en el caso de que esa posibilidad se haga efectiva no se lo van a agradecer, sencillamente, porque no está en su naturaleza.
Dos días después tuve que tratar con un especialista muy cualificado, el cual tuvo a bien informarme de que en su profesión abunda la maldad. ¡Si sólo fuera en su profesión…! Pero para desesperación de Satanás, incluso esa gente mala ha de hacer el bien en el desempeño de su profesión.

Y al día siguiente, el comienzo de la Feria del Libro de Valencia, en la que no sólo los libreros exponen de entre sus existencias los libros que piensan que tienen más salida y los escritores presentan los suyos, también hay personas que acuden a exhibir su odio o desprecio al prójimo. Se entiende que ciertas personas vulgares, cuya especialidad es el cálculo interesado y el arte de dar coba sea incapaz de profundizar en la cordialidad, que es una certera medida de la capacidad humana. No les preocupa ser injustas con un tercero, o perjudicarle, sino que es muy posible que disfruten con esto último. Pero, como comenté con un amigo, que ciertos personajes de un talento fuera de duda y un bagaje cultural extraordinario muestren de modo inequívoco que están poseídos por el odio es descorazonador. Tanta inteligencia y tantas lecturas no les han servido para darse cuenta que un ser humano que se precie ha de ser dueño de sí mismo.

4 comentarios:

Justo Coll Villanueva dijo...

La diferencia es muy sutil, aprecio que no es lo mismo dar sangre que donar sangre, éste último verbo tiene caracter de donativo altruísta de la propia sangre, el primero solo de entrega que no tiene porqué ser la propia.

eguster dijo...

Es inevitable. No hay donación válida sin pagar el "impuesto" correspondiente.

Justo Coll Villanueva dijo...

Creo que la donación de sangre es la única donación que no está gravada por el sistema fiscal español.

Anónimo dijo...

No conviene al caso aquello de 'predicar o dar trigo'. Dar sangre, de haber sido posible en la antigüedad, habría supuesto transferir parte del alma. No es vana la cuestión poruqe se cifra en lo que escribe Vicente Torres el maximum de la generosidad, de la solidaridad y de la caridad cristiana.