Cierto amigo está en Venezuela
visitando a su familia en estos momentos tan duros que vive el país hermano. Le
preguntamos cómo encuentra la situación allí, si es cierto eso de que en
Venezuela necesitas mucho dinero para poder comer lo normal. Nos responde:
“Es cierto. Al cambio no es nada, porque 1€
está como a 4.000.000 Bs (bolívares). Lo que pasa que el sueldo mínimo son
7.000.000 Bs , y una cerveza es sobre 1.000.000, y una comida fuera en cualquier
lugar de comida rápida (por poner lo más cutre) pasa de los 5.000.000 (más de
un 50% del sueldo mínimo). Por ejemplo, en “ Pollo Graduado” (una franquicia
alimenticia) son 9.260.000 Bs el menú de 7
piezas de pollo con arepitas y bebida, lo cual es más que el sueldo mínimo.
Un kg de queso son 7.000.000 Bs, uno de pollo
6.000.000 Bs, la leche se coge de ordeña cruda y se hierve en casa, las frutas y
verduras muchas se crecen en la propia casa si puedes, las colas para la
gasolina son enormes y muchas veces se quedan sin los surtidores, pero en
muchos lugares ya ni te cobran porque con los 200 Bs que cuesta llenar el carro
entero no hacen nada, un refresco es sobre 1.500.000 Bs... Y las cosas no se
encuentran. La gente está sacándose pasaporte para ir de país en país como
turista, agotando el tiempo máximo que se deja con esa visa, para trabajar
ilegalmente en trabajos temporales durante ese tiempo y luego poder volver con
algo.”
Para el final, lo más
espeluznante:
“Ya no ves animales caseros (gatos o perros) en las calles de las grandes ciudades
ni pájaros porque la gente los mata para comérselos y los que cuidan fincas se
mueren de hambre.”
Esta es, amigos, la situación exacta de Venezuela a día de hoy, vista directamente por una persona concreta con sus propios ojos, estos días de agosto de 2018, esto es lo que nos cuenta a sus amigos. Esta es la verdad.
Mientras tanto, nos devanamos los sesos en las redes sociales defendiendo unos, sin el menor atisbo de duda, que la culpa es del feroz capitalismo y sus tácticas de desabastecimiento programada de castigo, y otros (también sin el menor atisbo de duda), que la culpa es de un trasnochado marxismo impuesto por la fuerza; nos debatimos entre interpretaciones interesadas para denostar a nuestros rivales políticos, y lo hacemos apuntando al culpable, claramente identificado por todos, pero siempre distinto en cuanto cambias de interlocutor.
Otro amigo, conocido por su laconismo y sabiduría, concluye:
La verdad desnuda es que lo de Venezuela es, en este momento, una catástrofe económica, social y humana, seas de derechas o de izquierdas.
Nos dolemos con Venezuela y con sus ciudadanos, más allá de hermenéuticas interesadas y les mandamos un abrazo fraternal.
Jesús M. Landart
No hay comentarios:
Publicar un comentario