viernes, 27 de julio de 2018

Arrogante Pérez-Reverte


Tanto presumir de viajes, tanto presumir de haber estado en guerras, tanto interés en aparentar sensibilidad y sutileza, tanta chulería, tanta arrogancia, total para esto:


La vida nos lo pone todo ante los ojos, pero la mayor parte de las cosas no las vemos o tardamos mucho en verlas, porque no queremos o porque no hemos sabido agudizar la vista. La petulancia y la chulería no ayudan a mirar con perspicacia. No es necesario asistir como espectador a una guerra para vislumbrar la maldad humana. Todos la tenemos muy cerca y no digo más.
Podría pensarse que si me ha bloqueado en Twitter, ese territorio cenagoso, es porque ha leído esto, pero no, porque ni siquiera debe de haberse enterado y porque posteriormente le mandé un tuit, cuyo contenido no recuerdo, sobre alguna cuestión que trataba él en ese momento y que ni siquiera me contestó, motivo por el que se me ha olvidado. Hace unas pocas semanas, cinco, seis o siete, vi un artículo suyo en El Semanal, en el que figuraba la palabra ‘élite’. Le volví a mandar un tuit para recordarle que Fernando Lázaro Carreter explicó en ‘El dardo en la palabra’ que elite es una palabra llana y que, por tanto, no lleva tilde. Tampoco esta vez recibí ninguna notificación en mi correo de que me hubiera contestado. Hace poco supe, por las noticias que dan otros medios, que estaba discutiendo sobre el aborto con otro tuitero y quise añadir uno de los artículos de Julián Marías, padre de su amigo del alma Javier Marías, sobre la cuestión. Y es cuando vi que me ha bloqueado. Lo primero que me vino a la cabeza es la canción Cartagenera, de Los 3 sudamericanos. Pero deseché pronto la idea. No me va.
He de aclarar que no es el primer personaje público (también son personajes públicos Colau y Torra) que me siega, metafóricamente, la cabeza.


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