martes, 22 de octubre de 2019

Incongruencias

Un buen modo de entender el mundo es el de observar las cosas como si no fueran con uno, sin mimetizarse con el ambiente, como si no le afectaran, aunque lo que ocurra tenga mucho que ver, o todo, con él.
Puedo decir que un considerable número de personas con las que he dado ha pretendido demostrarme que es más que yo. Incluso las más torpes han querido hacerme ver que me ganan en inteligencia. El personal ha querido ser más alto o más bajo que yo, o más gordo o más flaco. Siempre más. No he coincidido con tanta gente que haya pretendido ganarme en bondad. ¡Ojo!, no quiero decir que yo la tenga, sino que es rara la gente que plantea la batalla en este campo.
Los he conocido que critican a los malos, pero luego se comportan arbitrariamente, sin pararse a pensar si lo que hacen es justo o injusto. Lo hacen porque «pueden». Tipos que combaten al nacionalismo y «juegan» a parecer asequibles y cordiales, y luego se comportan como los nacionalistas, siendo, en realidad, excluyentes y clasistas.
He visto señoritos que exhiben beatíficas sonrisas mediante las que pretenden pasar por ciudadanos bonachones, pusilánimes que, no obstante, siempre saben lo que les conviene, mamones irredentos que elevan la voz o doblan la testuz según con quien hablen y piensan que toda la sabiduría del mundo está contenida en sus personas, equidistantes con ánimo de lucro que se anuncian como ecuánimes, tramposas que se las dan de dignas, engreídos que si no les haces la pelota no te ajuntan, histéricos y además malvados que intentan pasar por reflexivos y bondadosos, es decir fantasmas que se creen lo que no son, que no saben que no saben, y que, a pesar de todo, se exhiben como los pavos reales, y si aportan algo a la colectividad es porque el mundo está montado así, para que todos, lo quieran o no, hagan algo de provecho.

3 comentarios:

Ana Giner dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo amigo Vicente. Bien es cierto que yo lo hubiera ampliado inclusive más, porque haberlos ahílos. En fin, que el que no suma, resta y viceversa. Mi lema; yo sé, que no sé nada y nada quiero saber. Hay gente que ni te agradece y ni siquiera te nombran en ninguna parte. Otro, hacen como que no te conocen y el resto, el resto, mejor ni nombrarlo. En definitiva, estoy muy de acuerdo contigo. Un saludo

Nacho Vega dijo...

Dime de qué presumes y te diré de lo que careces. Siempre ha sido así. Y siempre será. Es la condición humana. Yo soy pluscuamperfecto. Y punto.

Irene dijo...

Bien cierto, Vicente