Lo dijo un campeón del mundo de boxeo. Yo, en cambio, siempre he jugado de rubia. En todos los partidos, en todos los juegos, del tipo que fueran. Los que han leído ‘La del alba’ saben de lo que hablo. Pero, añado: me gusta jugar de rubia; prefiero el papel de rubia a cualquier otro. Aunque soy negro. Siempre seré negro. Y si alguna vez dejo de ser negro siempre recordaré con cariño y nostalgia el tiempo en que fui negro. Mando un saludo a mi amigo Antonio Escudero Ríos, en el lugar en que esté. Supo hacer que me sintiera blanco.
Soy un ser imperfecto, que ha sido atacado muy duramente por otros seres, sin duda, también imperfectos. Hago aquí un inciso: referirse a la imperfección supone reconocer la perfección.
Ahora viene un terrorista y mata a otro ser, por considerarlo imperfecto.
Jamás podré ser perfecto, pero el simple hecho de que exista este concepto me intriga, me hace pensar. Y me percato de que hay mucha gente que no lo tiene en cuenta. Ataca la imperfección, o solo la critica, pero ignora la posibilidad de que exista la perfección. O no la considera. Hay quien dice que cree en la trascendencia, ¡la trascendencia!, pero luego me niega el derecho a vivir. ¿Cómo se puede alcanzar la trascendencia negando a otros una posibilidad de rango inferior como lo es el simple existir?
Los que jugamos de rubia, los que somos negros, también tenemos alma, espíritu y corazón, así recuerdo que se decía antes, pero a lo mejor recuerdo mal.
El caso es que según Richard Dawkins, Dios seguramente no existe, pero ¿y si se equivoca este señor? ¿y si existe y nos hace ver una película en la que consten todas nuestras marranadas? Yo soy imperfecto, claro que lo soy, y me gusta jugar de rubia y soy negro. Como el azabache. Aunque haya quien me haga sentir blanco. Hacer que otro se sienta blanco es muy grande. Yo quisiera poder conseguirlo.
*Supongo que no hace falta explicar que aquí los colores son metafóricos y se refieren a una realidad de tiempos pasados.
5 comentarios:
Grandeza de espíritu, Vicente. Loable texto
Me gustó esta distopía, Vicente.
Que bien que nos hagan reflexionar en estos tiempos que parece todo esta dicho.
Enhorabuena. Es Vicente, en estado puro.
Muchos no se enteran, y seguirán sin enterarse. A nadie le gusta que le pongan un espejo delante, salvo que no tengan nada que esconder. Las imperfecciones a muchos les afean, y a los que tienen que esquivar las balas les embellecen. Gracias Vicente, me gusta que me hagas reflexionar.
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