miércoles, 27 de febrero de 2008

Se abre el banco "del juicio final"

En un sitio raro para instalar una nevera, el afloramiento ártico de Svalbard se construyó un almacén para guardar duplicados de semillas de casi todo el mundo. La construcción, instalada en un túnel 100 metros enterrado en el interior de una montaña, costó 5 millones de dólares y duró ocho meses. El trabajo fue terminado en diciembre del 2007.
Se habían anunciado fondos para guardar 165 000 variedades de 21 cultivos alimenticios, desde el trigo hasta las patatas, algunos de los cuales constituyen la dieta básica de las personas que viven en los países en desarrollo. Su propósito es actuar como reserva de otro banco de semillas más pequeño que existe en otro sitio.
El esfuerzo, llevado a cabo por el Consorcio Global de Diversidad de los Cultivos y la Fundación de las Naciones Unidas, tiene el propósito de reunir información genética sobre los cultivos, al igual que almacenar y mantener semillas vivas y muestras de raíces de vegetales. En el caso de daño a las colecciones de los países, los funcionarios de la agricultura pueden pedir copias frescas de Svalbard.
Las primeras semillas fueron colocadas ayer. En la ceremonia, a la que asistieron 150 invitados de 33 países, las primeras cajas de semillas fueron puestas en una de las tres cámaras del banco. Estarán almacenadas en perpetuidad a -18 grados Celsius para proveer una "norma de seguridad" para la diversidad de las líneas cultivables del mundo.
Jacques Diouf, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, describió la apertura del banco como "uno de los actos más significativos para la preservación de la humanidad".
Hablando el día antes de la ceremonia, Cary Fowler, director ejecutivo del Consorcio Global de Diversidad de los Cultivos, describió la disminución gradual de la diversidad global de semillas "como una muerte lenta". Agregó: "Hay una amenaza a los bancos de semillas, estamos perdiendo diversidad todos los días".
El banco, aunque es propiedad del gobierno noruego, será mantenido por el Consorcio Global de Diversidad de los Cultivos, que pagará su costo anual de 150 000 dólares, al igual que gastará medio millón de dólares en la colección de semillas de los repositorios de cultivos del mundo.
El ministro de agricultura noruego Terje Riis-Johansen ha prometido el 0,1% de todas las ganancias de las ventas de semillas de cultivos en Noruega para los esfuerzos de conservación de los cultivos. Si todos los países desarrollados fueran a hacer lo mismo, dice, llegaría a 200 millones de dólares en una década.
Noruega fue escogida como localización para el banco en parte por su situación política benigna, y también porque el clima frío natural de Svalbard reducirá los costes de refrigeración.
Fowler dice que el banco proveerá un recurso esencial en la medida en que el cambio climático plantee un reto a las líneas de cultivo. “El cambio climático plantea un reto a la diversidad que tenemos en los campos”, dice. “La diversidad que tenemos en los bancos de genes será importante para adaptar la agricultura a este nuevo medio ambiente”.
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