Vivir
también consiste en ir sorteando obstáculos y peligros. Por
ejemplo, de todos es sabido que hay personas que disfrutan metiendo
el dedo en el ojo a quien pueden. Y se ríen mucho cuando lo hacen.
Eso obliga a salir a la calle con los ojos protegidos; y no sólo
eso, sino que además hay que entrenar la cintura y los reflejos,
para tratar de esquivar el golpe cuando llega, porque a veces la
protección ocular no es suficiente.
También
hay que esquivar a los “buenos”. Esos son los que cumplen los
requisitos que debe cumplir la gente “buena”. Unos se consideran
buenos porque van a misa, otros porque son de izquierdas, o porque
siendo ricos se han apuntado a un sindicato, o porque siendo más
ricos aún hacen escrache en favor de los pobres (ojo, no les ayudan
a pagar la hipoteca), o porque son de derchas, o porque han abrazado
algún credo religioso, o por cualquier otro motivo similar que les
induzca a pensar que deberían darles el carnet de “buenos” si lo
hubiera. Quienes tienen esa tendencia a considerarse “buenos” por
esos motivos tan pintorescos se dedican luego a indentificar y
perseguir a los “malos”. En este menester no es raro que busquen
ayuda o que hagan batidas en grupo, en sentido metafórico. Cuando
localizan a uno le infligen todo el castigo que pueden. Del
ostracismo hacia arriba.
Otros
a los que se puede considerar como de armas tomar son los aparentes.
Dicen banalidades, pero la gracia está en el tono con que las dicen
y los envoltorios con los que las maquillan. Si el discurso es oral,
no cabe descartar que engolen la voz, lo que añade un plus a sus
pretensiones. Los que buscan aparentar se reconocen entre ellos.
Cuidan mucho las formas y los modales, se ciñen a lo políticamente
correcto y, por supuesto, nunca se salen del carril. Por supuesto que
consideran una horterada que alguien busque algo que sea realmente
bueno, no que sólo aparente serlo. ¿Y cómo hay que cuidarse de
éstos? Cuando uno viene a darse cuenta de lo que son ya es tarde.
Ellos ya han tomado notas y se disponen a practicar el deporte que
más les gusta, que es la crítica feroz.
1 comentario:
Sí, hay personas así, es una pena...
Un beso.
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