Presentación de “La del alba” – Vicente Torres
Urquiola de Palacio – 3 /11/2022
La novela que hoy presentamos cuenta la historia de un pueblo. Pero más allá de ello, creo que lo que caracteriza este relato es su aspecto autobiográfico.
En mi presentación no voy a contarles directamente la historia que encontramos en el libro, si no como llegué yo a esta novela.
Tuve la oportunidad de leer en los primeros días de este año el texto titulado “EL GEN SUPERVIVIENTE”. Era un texto recibido de Vicente Torres, de quien yo hasta la fecha solo sabía que era un Periodista, Articulista y Crítico Literario -según desvela su perfil de LinkedIn-. El texto era la parte autobiográfica de la novela para la que en aquellas fechas buscaba editor…
La compartió conmigo el 10 de enero, diciéndome que con ella aprendería mucho sobre la condición humana, cosa que -me decía- “viene bien a los juristas”. El correo de guarda que acompañaba al texto traslucía un profundo dilema existencial desde su título: “Nadie”. Me decía que, de leerlo, sabría porque le había “resultado imposible ser algo más que nadie”.
El correo me encogió el corazón, y quise leer la obra para ver por mis propios ojos qué había herido de tal forma a una persona que en su trato me resultaba afable y de la que por sus artículos había podido ver que tiene gran sensibilidad en el análisis que hace -diría que en ocasiones con crudeza- de la realidad que nos rodea…
Aquel texto es la base esencial de la Novela que hoy presentamos.
Lo leí del tirón (contesté a Vicente 2 días después).
Encoge el corazón leerlo, y mi primer pensamiento fue que no podía ni tan siquiera imaginar lo duro que tuvo que ser vivirlo. Diciendo esto pudiera parecer que desaconsejo leerlo; pero, bien al contrario, creo que su contenido y mensaje son una lección de vida. Como auguraba el propio Vicente, hace aprender sobre la condición humana y a todos nos conviene.
Dice Vicente que su vida “es otra época, otra historia”; y sin embargo ¡es tan actual!!
Además de su familia de origen, Vicente tuvo hijos (un hijo y una hija)… y un nieto al que llevaba a los museos y al Miguelete; y a las Torres de Serranos… Sin embargo, la experiencia vital de una familia es compleja y no asegura por sí misma el logro de la felicidad; o que, de lograrla, esta sea duradera.
Cuenta Vicente que Fernando Iwasaki en cierta ocasión le recordó que «Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera».
Vicente, en este sentido, aparece en su obra como el actor de su tragedia, y como toda tragedia, de acuerdo a la definición aristotélica contenido en la “Poética”, tiende a mover al espectador tanto a la compasión, como al temor, obrando en el espectador “la purificación (catarsis) propia de estos estados emotivos”.
Entre las tragedias, existe un tipo especifico que se denomina “de sublimación” en la que su personaje se muestra como un héroe al lograr desafiar, con la fuerza de sus virtudes, todas las adversidades que le ocurren.
Éste es el caso de Vicente. La admiración del lector proviene del reconocimiento a la fuerza de existir de Vicente, un concepto que modernamente se denomina resiliencia, aunque por su uso y abuso ha perdido algo de significado.
Mientras leía aquel primer texto, me permití ir marcando las pocas erratas que encontré e hice alguna sugerencia; y Vicente, generoso como es, tomo en consideración varias cuestiones -como tuve ocasión de comprobar en las versiones que siguieron, hasta la definitiva-. Fruto de su generosidad ha sido sin duda el que me invitara a participar hoy en esta presentación; cosa que quiero agradecerle.
En el epílogo de su obra, explica Vicente que Fernando Iwasaki, leyó el relato que se titulaba “El gen superviviente” -relato real, reflejo de su memoria-, y tras su lectura le sugirió la conveniencia de incluirlo en una novela, que es lo que hizo en “La del Alba” dividiéndolo en tres partes. Algún pasaje de aquel relato ha sido omitido, cosa que puede hacer que quien lea la novela no encuentre alguna de mis referencias reflejada en ella…
Vicente eligió seguir los pasos de su tía Virtudes y optó por ser una buena persona -esta es la “sublimación” que conmueve al lector, la capacidad, virtud o arte que entraña esta decisión vital-.
En palabras de la Psicóloga Valeria Sabater, “Una buena persona suele tener una pizca de inocencia. Sus miradas son mágicas y sus sonrisas honestas, pero sus corazones, en ocasiones, esconden secretas derrotas. Heridas calladas por haber esperado demasiado de quien nunca le dio nada y lágrimas tragadas por quien jugó a placer con su alma noble, inmensa, pero inocente.”
Vicente es una buena persona. Ha sido capaz de mantener la ilusión y de ser un soñador. Esto le ha podido proporcionar -así lo espero- un espacio de paz en una vida tan dura… Sin duda esa capacidad de soñar ha reforzado su “gen superviviente”, del cual tenemos noticia a través de “La del Alba”.
¡Gracias Vicente!
…y a todos Ustedes, gracias por acompañarnos hoy.
8 comentarios:
Una presentación preciosa y, a mi parecer, muy acertada. Felicidades, Vicente.
Fue una maravillosa presentación y yo tuve el privilegio de escucharla en persona.
Me alegra muchísimo que al fin se haya producido la presentación, Vicente. Y pexisamente ESA presentación tan bonita. Espero que la acogida del libro sea igualmente bonita. Un abrazo.
Vicente Torres es ,como pedia Baudelaire ,sublime sin interrupción . Un alma soleada y gran amigo . Y escribe muy bien . Esto lo subscribe don Antonio Escudero Rios,caballero andante y escriba eremita
Magnifica presentaciön, me pica la curiosidad Vicente tendre que leer tu libro-
Comparto completamente la afirmación realizada... "Vicente es una buena persona. Ha sido capaz de mantener la ilusión y de ser un soñador. Esto le ha podido proporcionar -así lo espero- un espacio de paz en una vida tan dura… Sin duda esa capacidad de soñar ha reforzado su “gen superviviente”, del cual tenemos noticia a través de “La del Alba”.
Vicente, que sigan los éxitos literarios.
Ana Teresa
Excelente presentación. Enhorabuena a la crítica y al autor.
Vicente Almenar Climent
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