miércoles, 5 de junio de 2024

La generosidad de Sonia

 

EL FLUIR DE LA VIDA. Sonia Montero Trenor


Tras cerrar el libro de Vicente Torres, me vino a la mente Ortega cuando decía “yo soy yo y mis circunstancias” con esa frase el filósofo nos significaba que no se puede separar el medio en el que se vive del yo.

En este relato, de género híbrido y ecléctico, el autor narra las especiales circunstancias de su vida. Es difícil no sentirse sacudido por las condiciones duras de su infancia y adolescencia en un entorno cruel y del que pudo emerger como un Titán, porque tenía algo poderoso frente a esa realidad: su “ser” del que Vicente supo ocuparse desarrollando espíritu e inteligencia.

Heráclito, en la cocina, dijo: “pasen, pasen, que aquí también están los dioses”. Nuestro autor con parecida naturalidad y una sorprendente honestidad, no exenta en ocasiones, de incomodidad, narra como consiguió a ese destino adverso. Lo hizo con una base singular compuesta por dos libros: un catecismo y un manual de urbanidad. Acompañados, como se nos dice, de dos sombras alargadas: Don Silencio y Doña Soledad.

El paisaje que le rodeaba en su niñez nos muestra un relato costumbrista de una Benimallunt a la luz de candiles, lámparas de gas, de conejos y gallinas en su corral, de suelos que se fregaban de rodillas. Son ecos que parecen proceder de un tiempo muy lejano y que sin embargo pertenecen a una memoria presente del autor.

Los años transcurren y el ser invisible comienza a hacerse visible y por la narración pasan diferentes personas. Y aquí no esperen maquillaje y corrección porque está retratada la condición humana con una voz sin filtros. Hago mención al personaje de la tía Virtudes por ser redondo su retrato lleno de aristas.

Conectando nombres propios y obras se nos desgranan numerosasreflexiones de distintos temas, historia, filosofía, mitología y literatura que quedan entrelazadas con vivencias y anécdotas conformando una lectura llena de ramificaciones con una prosa de amena erudición.

En definitiva, al atardecer, la vida fluye con una, al fin, lograda serenidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias Sonia. De parte de los que amamos a Vicente. Mercedes Gil Garcia.